Capítulo 61. El úlimo reinado

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El final de los tiempos había llegado, la última de sus batallas era la que estaba presenciando, un duelo a muerte contra su corazón y la única arma que tenia para vencer al ejército de lagrimas que caían como balas era la esperanza. Estaba ahí en esa tierra tan vacía y blanquecina como el limbo, un sitio en medio de los sueños rotos y los recuerdos. Y aunque otras veces ya había estado ahí, esta vez era diferente, pues los campos de batalla jamás habían sido tan terribles con cientos de fantasmas de él flotando alrededor.

—Volverá—sollozó Alison mientras acariciaba su vientre de el cual recordaba a la luna llena de perfil

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—Volverá—sollozó Alison mientras acariciaba su vientre de el cual recordaba a la luna llena de perfil.

Alison llevaba visitando el farol por durante ocho largos meses, y aunque la alegría de saber que pronto tendría a su bebé entre brazos, la tristeza de la partida de Edmund seguía ahí... Acechándola.

Él no había regresado, pasaron los días y cada vez la lucha de no perder la cordura se convertía en una evidente victoria para el destino que se empeñaba en mostrarle que el final feliz seguía sin existir. En los cuentos se suele contar el primer beso de amor verdadero, sin embargo en la historia de ella se había escrito que tendría un último beso y un adiós.

—Han pasado ocho meses desde que no estas pero para mí es como si hubiesen pasado minutos desde que te hablé por ultima vez, desearía tener una foto de ti o una contestadora donde dejar el mensaje de cuanto te extraño. Esta mañana desperté y aún soñando esperé encontrarte junto a mí —habló Alison como si él estuviese ahí—. El día que el destino te llevo de aquí no sabes como deseé que fuese a mí a quien se hubiese llevado, nos haces mucha falta aquí, el reino entero te extraña, tus hermanas, tu bebé y yo te necesitamos.

Alison se hizo de todas sus fuerzas para no llorar mientras caminaba lentamente alrededor del farol, tratando de encontrar la milagrosa palanca o pasadizo secreto que la llevara hacia él.

—Sé que no habrá magia tan fuerte que te pueda hacer escuchar esto y sé que aunque nunca sabrás cuanta falta me haces, yo seguiré aquí hablándole al cielo pensando en que tú ves el mismo cielo que yo, y en qué tal vez un día si Aslan lo quiere, sea ahí donde nos volvamos a ver, juré que no habría día en el que no te recordaría cuanto te amo y heme aquí... Cumpliendo la promesa que me mantiene unida a ti. Lo sé, lo sé. Si estuvieses aquí dirías que deje de llorar, y es lo que he intentado en estos meses, porque cuando estabas junto a mí me enseñaste a no rendirme, y hoy estoy aquí para decirte que esta soy yo intentándolo y que así me mantendré aquí, hasta el día de mi muerte. Seré la mejor versión de mí por nuestro bebé y por ti, porque sé que ahora viviré una vida por los dos, y que aunque se que habrá momentos de soledad, ahora se que no estaré sola, tú seguirás aquí junto a mí.

Alison se tocó el corazón sintiendo como este marcaba el ritmo de esa vieja melodía de amor.

—Y que viviré lo que me resta de vida con la única meta de que cuando llegue a esa tierra donde te volveré a ver, quiero hacerte sentir orgulloso. Porque a través de todo triunfo y lo que nuestro bebé y yo hagamos, tú seguirás aquí junto a nosotros. Y esta no es una despedida—sonrió Alison al cielo—. Es una promesa porque aún no es necesario decir adiós... Nos volveremos a ver, aquí o allá donde el mar termina y el león dorado habla. Porque terminaremos esto como lo iniciamos: Juntos.

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora