Dos meses después de la última batalla, Castillo de Beruna.
En el jardín del destino, el suyo había sido como una rosa; con filosas espinas y del color de la sangre, sin embargo aquella rosa había logrado sobrevivir a las mayores tormentas e inviernos, y aunque varios de sus pétalos le habían sido arrancados y caído, seguía ahí: de pie. Y fue entonces cuando comprendió que sin importar que fuese la flor mas dañada, era la más fuerte de todas. Porque no es hasta que abrazamos nuestras derrotas que logramos saborear nuestras victorias.
Ese día Alison lo sabía, lo supo desde el momento en que se miró al espejo recordando todos los ríos que había llorado, todos los vientos que con gritos había llenado y todas las tierras que con sangre había bañado, pero al final sus ojos estaban tan cristalinos y felices como el sol por el que había luchado.
—¿Estas lista?—preguntó Lucy con una sonrisa contagiosa mientras le acomodaba los pliegos de su vestido.
—Sabes Lu, jamás había estado tan aterrada—confesó Alison juntando sus temblorosas manos—. ¿Como haces para ser tan valiente?.
—Pienso en quien solía ser y en lo que esa pequeña Lucy, si pudiese ver el futuro, ¿qué sería lo que desearía ver en ella?, y trato de hacer que la mujer de hoy haga sentir orgullosa a la niña del ayer—contestó la reina ganándose una sonrisa con lágrimas en Alison, quien en cuanto termino de hablar corrió a abrazarla.
—Te quiero tanto como una hermana Lucy—habló Alison con el corazón mientras liberaba a la reina del abrazo.
—Para mí ya somos hermanas, ¡aunque claro estamos a unos minutos de serlo oficialmente!—exímalo mientras brincaba de emoción.
Ese día a ambas los pómulos les dolerían a ambas reinas por tanto sonreír.
—Es tiempo—anunció Lucy en cuanto las trompetas resonaron, y tras una bocanada de aire Alison se animó a mover sus temblorosos pies rumbo escaleras abajo para llegar hasta el gran salón del trono.
Con el bajar de los escalones de la torre, el largo vestido de encaje, creaba una ola que recordaba a la espuma del mar de oriente. El vestido era tan precioso como las perlas de la costa, de mangas largas y corsé aperlado, pero el detalle mas hermoso no era el largo velo sino los bordados de constelaciones en hilo de plata, situadas a lo largo del vestido. Y no era para menos si era el vestido con el que la reina se casaría con el joven rey Edmund.
En cuanto Alison vio los enormes portones del salón, tragó de saliva, sintiendo como todo el mundo la absorbía. Había luchado contra el peor de los reyes, el mayor de los locos, y el peor de los traidores pero jamás había sentido tanto miedo como aquel día. Había llorado agua y sangre, se había roto los sueños y los huesos, había visto su sangre y la de su hermano en sus manos pero su corazón nunca había estado tan frágil y tan fuerte a la vez como aquel día.
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𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂
Fanfiction"𝑬𝒍 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒏𝒆𝒎𝒊𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒅𝒂𝒈𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒍𝒅𝒂, 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒖𝒚𝒐 𝒔𝒐𝒔𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂" Una profecía. Una espada de cristal. Cuatro nuevo...