Los esplendorosos pilares rodeados de piedras preciosas iluminaban los pasadizos del reino más rico, poderoso e importante de toda la tierra media; Erebor, se dejaba ver ante el sol que poco a poco crecía en el horizonte.
Desde muy temprano, los ena...
—Así que tu eres el saqueador... —afirma Aûstryth observando al mediano. Bilbo le mira y sonríe asintiendo.
—Ya... no me dirás saque-hobbit? —pregunta mirándole de reojo, ella sonríe negando.
—Era una forma de bromear... para mantener la atmosfera un poco liviana... —contesta, Bilbo le mira con los ojos bien abiertos, la enana es muy relajada comparada a Thorin. Lejos de ellos, Thorin y Gandalf hablan sobre algo, la pelirroja no puede soportar la curiosidad y quiere ir a escuchar, pero Bilbo la detiene —. ¿Qué pasa?
—No deberías de escuchar conversaciones... —dice el mediano, con una mirada que le dio a entender a la enana que estaría cometiendo algo terrible, ya que Bilbo sabe muy bien que el carácter del príncipe, al que ahora le dicen rey no es un carácter muy apacible.
—Hola! —dice Kili, llegando junto a su hermano. El menor de los dos comienza a coquetear con la enana, Aûstryth por su parte le mira con las cejas levantadas, sabe muy bien qué es lo que hace con ella. —Soy Kili, hijo de la hermosa y poderosa guerrera y princesa de Erebor... Dís —agrega mientras hace una reverencia, ella hace lo mismo.
—Soy Fili, primogénito... y el mas guapo ¡claro! — dice Fili, la enana le mira aguantando una enorme risotada.
—Así que ustedes son los príncipes...
—Has escuchado de nosotros y nuestras hazañas? —pregunta Kili galanteándose, mientras empuja a Bilbo a un lado.
—mmmmm....
—Me imagino que debe ser muchas cosas... —dice Fili, Bilbo le mira sorprendido.
—mmmmm....
—Sí... me imagino que te abruma.... —exclama Kili, mientras le guiña un ojo, Balin le mira y ríe.
—De hecho... no conozco mucho de ustedes... de hecho me atrevo a decir que son muy pequeños para tener aventuras... veo que es la primera vez que salen de Ered Luin...
—Yo no soy tan pequeño... —dice un ofendido Fili — tengo 82 años! —Aûstryth esta vez no logra contener la risa y ríe a carcajadas.
—Wow!! ¡Que viejo estas! —dice — nótese mi sarcasmo claro!
—Bueno... yo tengo 77 años... pero siempre me han dicho que parezco de 100... —dice Kili mientras la enana vuelve a reír —. ¿Y cuantos años tienes tu? —pregunta un incómodo enano.
—Tengo 115 —contesta con mucho orgullo.
—Tiene la misma edad con la que... —dice Dwalin a Balin al escuchar la respuesta de Aûstryth.
—Dwalin! Nori y Gloin acompáñenme... —dice Thorin, llevándose a los enanos a una cueva.
Dentro de ella, mientras Gloin y Nori sepultan un cofre lleno de monedas de oro ante la vigilia de Dwalin, Thorin y Gandalf han encontrado unas espadas las cuales no han sido hechas por los hombres, ni por los orcos, menos, por los trolls.
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