La luna se hacía reflejar en lo mas alto del cielo, como una centinela, muda ante la mirada fugitiva de algunos seres, como una figura fantasmagórica acechando a lo lejos, depredadora de sueños y de cansados deseos.
La armadura de un color dorado hacía reflejar en los ojos de los elfos grandeza y riquezas. El mandato del rey del Bosque Negro ha sido claro; no va a dejar que otra centena de años pase sobre sus ojos sin haber hecho algo por lo que es de él, el destino de un reino que lleva miles de años en existencia está colgando de un hilo muy delgado. Tropas de elfos se hacen presente en la puerta del rey, esperando algún mandato. Elfos de cabellos de color del cobre, otros rubios y otros de cabello negro esperan atentos a que el rey llegue ante ellos, el silencio gobierna en las puertas del palacio, solo el viento que roza delicadamente las mayas de la armadura hace eco en todo el lugar.
No obstante, la espera no fue mucha, y el rey elfo; Thranduil se hace presente ante las masas. Con armadura de bronce pulido y de plata con hermosos labrados hacen que el rey deslumbre ante todos, montado en un ciervo enorme, de cornamentas hermosas y de grata galantería que pasa por las filas de elfos armados los cuales se hacen a un lado con mucha gracia, como si fuese un baile, para darle paso al rey que gobierna esas tierras.
La marcha, fue silenciosa, como el mismo viento cuando sopla. Desapareciendo entre neblina y tinieblas.
El día llegó nuevamente, dejando ver un delicado sol naciente, el secreto de la ida del rey, la reina lo desconoce. Ahora, la señora, dueña de todo el Bosque Negro mira detenidamente por las ventanas de la habitación sumergida en sus pensamientos mientras su hijo duerme plácidamente.
El día avanza, ahora el despertar del segundo príncipe del Bosque Negro resuena en todo el palacio, ahora la joven mujer se encuentra arrullando al pequeño que poco a poco cae dormido plácidamente.
—Aëlin!! —llama Almaré al sirviente, ya que siempre a estas horas el rey la visita y no ha llegado.
—Me llamó mi señora? —dice una joven elfa de cabellos negros y de ojos azules, de piel pálida pero brillante como si fuera la estrella diurna.
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El Canto de Durin (Thorin Escudo De Roble)
FanfictionLos esplendorosos pilares rodeados de piedras preciosas iluminaban los pasadizos del reino más rico, poderoso e importante de toda la tierra media; Erebor, se dejaba ver ante el sol que poco a poco crecía en el horizonte. Desde muy temprano, los ena...