XIV Un corazón roto; los hijos de Durin se lamentan

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Enanos de Erebor bailan y se regocijan en las salas del gran palacio de Montañas Azules, un heredero viene en camino. Thorin se encuentra junto a su esposa la cual está sentada en la cama de la habitación tomando una sopa hecha por el médico, para fortalecerla y que tenga muchas energías. Mientras ambos escuchan los cantos y las risas de su pueblo, el príncipe aún no lo puede creer, su esposa espera un bebé; un diminuto y hermoso bebé.

—Cómo le pondremos? —pregunta un ansioso enano a su esposa. Eurielle lo mira de reojo con una sonrisa tierna, sabe que se refiere a el nombre del bebé, ella se encoge de hombros mientras sopla con delicadeza la sopa dándole pequeños sorbos.

—No sabemos si vendrá Durin esta vez... —contesta soplando nuevamente el líquido, Thorin asiente aún más contento que antes.

—Crees que Durin vuelva? ¿En nuestra familia?

—De qué te impresionas Thorin? Eres del linaje de él... y él ha vuelto seis veces... puede haber una sétima...

En ese momento, Balin irrumpe a la habitación muy contento junto a Garielle la cual abraza a su hermana y le comienza a dar la sopa ella misma. Balin abraza a Thorin felicitándole.

—El pueblo está como loco! —exclama Balin muy emocionado viendo a sus dos hijas.

—Me imagino que debe de ser así... aunque yo no lo anuncié... —contesta Thorin levantando una ceja, Balin ríe.

—Hijo! Creo que fue Dwalin...

—No me sería raro de él...

—Él salió llorando cuando se dio cuenta de tu embarazo Eurielle... —dice Garielle entre risas, Eurielle ladea la cabeza.

—Llorar? —pregunta, Garielle asiente soplando una pequeña cucharada de sopa y dándosela a Eurielle.

—Fue épico! —exclama Balin mientras Thorin ríe mirando a su esposa comer con ayuda de Garielle.

—Fue lágrimas de felicidad... —habla Thorin a Eurielle — sabes que él te quiere mucho y eso le tocó el pequeño corazón...

—Dwalin se puso así cuando me casé con Gloin... —cuenta Garielle a los presentes —lloró como una nena y salió corriendo! —todos ríen.

La fiesta duró mas de una semana, los enanos de Erebor junto a los de Ered Luin no descansaron hasta el sétimo día.

Pasó el tiempo, seis meses, el vientre de la princesa comienza a notarse, redonda y hermosa. Muchas noches Thorin y ella a la luz de las velas miraban el movimiento del pequeño produciendo en Eurielle un amor indescriptible, un amor que poco a poco incrementaba.

Las paranoias de Thorin, alcanzaron al nivel mas alto; él no quería que Eurielle anduviera sola merodeando el palacio o que hiciera el mayor esfuerzo, incluso prohibiéndole manejar cualquier arma por miedo a que algo le ocurriera. Eurielle por su parte, odiaba eso y trataba de escabullirse, aunque muchas veces era fallido, ya que Balin o Garielle la encontraban.

—No estoy enferma! ¡Solo estoy embarazada!

Exclamaba Eurielle muchas veces a las personas que no la dejaban en paz y que hacían por ella todas las tareas. Un día gracias a Dwalin, ella logró escabullirse de los guardias y de las enanas que la cuidaban y poder salir al campo libre. Ella amaba que la brisa fresca del invierno le tocara la cara, la llenaba de fuerza y de vida.

Eurielle, camina hacia unas flores rojas que se encuentran en un arbusto, arranca una y la comienza a oler inundándose de tranquilidad.

—Siempre has sido así Eurielle... —dice Garielle detrás de ella produciendo en la enana un respingo de un buen susto. Eurielle se da la vuelta mirando con una sonrisa a su hermana, la cual la veía reprobatoriamente.

El Canto de Durin (Thorin Escudo De Roble)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora