VII La vida en Dunland (parte 1)

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2771t.e, ha pasado un año de lo ocurrido en La Montaña Solitaria. Ahora los enanos se instalan al pie de las Montañas Nubladas, construyendo casitas de madera con arboles del bosque que se encuentran cerca de ellos, frabrican casas conjuntas formando una pequeña colonia, los dunlendinos que habitan muy cerca de las montañas los observan de lejos, susurrándose entre ellos pensando en qué están haciendo aquí estos enanos lejos de tierras que no les pertenecen a ellos.

—Así que Erebor ha caído por Smaug! —dice uno de ellos, haciendo que toda la turba que los veía instalarse— Prohibido comprarles a ellos... —agrega mirando a su gente con ojos negros llenos de maldad, ¡que se mueran de hambre! —exclama gritando esto último haciendo que el grupo de ciudadanos le siguiera—

Los dunlendinos, personas de piel morena, de cabello y ojos oscuros como la noche, hombres malos que le servían a Saruman. No solo hombres hay en ese lugar, sino enanos de procedencia incierta, pero al igual que los hombres, también en ellos hay maldad.

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Año, 2785te, los enanos de Erebor trabajan para los dunlendinos fabricándoles armas resistentes a cambio de alimentos, pero muy pocos alimentos para tantas armas. Thorin sabía sobre lo malos, despiadados y ladrones que son los dunlendinos, pero no había otra forma de subsistencia mas que humillarse por un poco de comida. Aunque Eurielle, como toda una enana terca y orgullosa cazaba en las afueras, dentro del bosque, con su arco mataba mas animales para comer que lo que Thorin y Frerin conseguían forjando armas para esos hombres y enanos. Thorin, siempre le decía a Eurielle que no entrara al bosque sola, no se sabía qué podía haber en ese lugar, claro esta, refiriéndose a los hombres de Dunland.

Es muy de mañana, Thorin despierta a su hermano Frerin para ir a trabajar, mientras Thráin se adelantaba hacia esa pequeña ciudad a hacer lo mismo. Dís con sus 25 años, se dedica a cocinar para su pueblo y por las tardes a practicar arquería, con ayuda de Eurielle. Pero Thrór... el rey, no se ha curado de su enfermedad, mas bien, aun mas se degenera.

—Eurielle! —llama Thorin a la joven enana al verla que se disponía salir en dirección al bosque, con arco de madera en mano y una capa celeste en sus hombros —

—Eurielle! —llama Thorin a la joven enana al verla que se disponía salir en dirección al bosque, con arco de madera en mano y una capa celeste en sus hombros —

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El Canto de Durin (Thorin Escudo De Roble)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora