II. Nueva Consejera Real

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Es otro día en Erebor, Eurielle practica espada al aire libre junto al hermano pequeño de Thorin, Frerin.

—Tienes que ser un poco más rápido —le dice Eurielle al joven el cual cayó de espaldas al suelo del cansancio, seguido de Eurielle.

—No estas cansada? —pregunta Frerin mirando horrorizado a Eurielle quien sigue acostada, pero practicando con la espada.

—No... no lo estoy—Frerin bufa sin dejarla de mirar con asombro.

—Con razón y mi hermano vive enajenado contigo!... —responde el chico mirando hacia el cielo— Eres impresionante— susurra.

—Tu también lo serías si no holgazanearas tanto! —responde Eurielle poniéndose de pie seguida por un chico aún muy cansado— Quería preguntarte algo....

—Dime...

—Quieres ser un buen guerrero?


—Lo sería si Thorin no existiera... pero debió de ser el primero en nacer y llevarse todo lo mejor de Erebor... —responde Frerin un poco apenado mientras observa a su hermano practicar arco a unos cien pasos de donde ellos se encontraban.

—Porque dice eso?

—Solo digo! —contesta rápidamente Frerin con una sonrisa y mirando con tristeza a Eurielle, marchándose sin decir nada más.

Eurielle se queda pensando en lo que dijo Frerin sobre su hermano, "celos" dijo mentalmente "porque lo tendría?" seguía observando a Thorin tirando una flecha al punto negro, una flecha perfectamente bien disparada.

—Thorin es así, por práctica... y un poco de arrogancia... y orgullo... —dice la pelinegra yéndose de ahí.

Al ser de noche, todos los enanos de Erebor iban directo al comedor real, una sala enorme con muchos candelabros a sus rincones con mesas talladas en madera y bañadas exquisitamente en oro puro, que iban verticalmente una con la otra contando hasta diez mesas de igual forma y de igual acabado. Solo la mesa que estaba al frente de ellas era diferente, con acabados más refinados terminados en piedras como esmeraldas en sus patas y rubíes en sus esquinas, en el centro una gran silla de metal macizo, mas grande que las demás que le seguían a los lados. En esa silla grande, se sienta el Rey bajo la montaña seguido a su derecha por Thráin y a su izquierda Thorin y a la izquierda de Thorin, Frerin. A la derecha de Thráin, su esposa que en sus regazos tenía a Dís quien jugaba con una muñeca.

Mientras todos los enanos se acomodaban en sus sillas se escuchaba el cántico del Rey quien estaba muy feliz, aún, por el regreso de Thorin.

—El Rey, ¿volvió a citarnos a una fiesta en honor a su nieto Thorin? —susurra Dwalin a Eurielle quien niega con la cabeza.

—Esta es la primera fiesta.... —le contesta en susurro— la de ayer, el señor Rey no la recuerda.... ¡Así que para él Thorin vino hoy! —termina con una risita instalándose en la mesa del centro junto a sus cinco hermanos y su hermana mayor y Dwalin por supuesto.

—Bienvenidos todos!!! —dice el Rey haciendo callar a todos los presentes— Hoy celebramos la llegada de Thorin del viaje que hizo a la Colina de Hierro...

Todos los enanos comienzan a susurrar sin entender que pasa. La fiesta fue ayer, ¿porqué otra vez?

—Te lo dije!! —dice Eurielle a Dwalin en una risa.

—Demos un brindis a mi nieto!! —sigue hablando el Rey, todos los enanos se levantan tomando sus copas y alzándolas en dirección a Thorin quien está rojo de la vergüenza— Por su vida! ¡Por sus viajes! ¡Que siga trayéndonos felicidad y paz!! —Todos los enanos brindaron y tomaron— QUE COMIENCE EL FESTÍN!!

El Canto de Durin (Thorin Escudo De Roble)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora