Parte sin título 10

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Hee: Desperté muy temprano, Salí de casa de Siwon y fui a casa, estaba muy agotado, solo cambie el agua y serví la comida de mis bebes; tome un jugo, me dirige a mi habitación tome un baño, me seque el cabello y puse bóxer y me lance a mi cama para descansar otro rato, antes de reunirme con los chicos de nuevo.

_Una semana después_

Mis actividades son muy agotadoras; pero mis pacientes me necesitan y no puedo excusarme y quedarles mal. Fui a verles, total me hacía tan feliz y podría compartir con ellos un rato.

XXX: Buenos días "Sexy Doctor" te ves tan hermoso como siempre...

Hee: ¡Señora Shan! ¿Cómo amanece usted hoy?

Sr. Shan: bien joven Dr. Pero me duele el vientre y aún no he podido comer nada, fuera de mi dieta. (Hace un puchero)

Hee: Me alegra saber que sigue al pie de la letra mis indicaciones, si sigue así tal vez le deje comer un dulce este mes. Permítame revisarla, pase Ud. a mi consultorio; súbase a la camilla; que mi enfermera le ayudara.

Enfermera Sofía: Por su puesto, de seguro estará aún más feliz al ver que no es nada y si sigue portándose bien será premiada. _Espere aquí señorita Shan su abuela saldrá en un momento. _ Señorita Shan: Si gracias_

Sr. Shan: Claro Sofía, ¿cuéntame cómo está tu madre?

Enf. Sofía: Muy bien, de seguro estará contenta al saber de usted.

Sr. Shan: envíale mis saludos.

Enf. Sofía: Con gusto. Esta cómoda, si necesita algo solo dígame, ¿está bien?

Sr. Shan: si pequeña.

Hee: La revise y afortunadamente solo tenía aerofagia, (retención de gases) recete un medicamento y agregue otros vegetales, a su dieta.

Sr. Shan: Gracias "Sexy Doctor" tú siempre eres lindo con esta vieja mañosa y achacada, a veces me pregunto qué sería de mi sin sus cuidados y los de mi nieta, ¿ya vio lo linda que esta hoy?

Hee: De seguro estaría igual de bien y en cuanto a su nieta, es linda; pero no debería permitir que un mal hombre como ¡yo! tan siquiera la mire, mejor busque a otro hombre que la valore y respete.

Se despidió y se marchó... Así, pasó mí mañana y parte de la tarde, entre paciente y paciente, me despedí de Sofía; es una mujer de gran corazón, cuya vocación al servicio, me impulsa a seguir trabajando, con más fuerza y amor.

Ella aprendió a conocerme tanto, que había ocasiones donde era innecesario decir nada; adivinaba mi sentir; solo basta con poner su mano sobre mi hombro y es suficiente para animarme y proseguir con mi día.

Sin Un RumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora