Sin Un Rumbo

DR. KIM Parte 31

Hee: Estábamos trabajando como locos y ni dormir podíamos; el número de pacientes se incrementó de tal manera, que perdí la cuenta de cuántos llevaba atendidos.

Había pacientes de toda clase; me gusto atender a una pequeña nativo indígena; Su madre le cargaba en brazos, me impresionó que solo trajera puesta una falda larga sin ninguna otra prenda que cubriera su pecho.

Trate de mitigar mi impacto inicial y no demostrarlo; pues no quería hacerla sentir incomoda; ella solo me veía y creo que nunca antes había visto un hombre con mi aspecto físico; pero tampoco mostro mayor interés.

Por otro lado la pequeña en brazos, no apartaba su vista de mi rostro y me pregunto dulcemente: ¿Eres un ángel? No pude evitar tomarla del regazo de su madre y besarla cálidamente en su frente.

Le dije al oído: No; pero tú si lo eres para mí. Me sonrío y me abrazo tan fuerte como sus pequeños y delicados bracitos se lo permitieron. Al finalizar la consulta se fueron y yo continúe con la jornada hasta ahora.

<<1:30 pm>>

Dr. López: Kim ve a descansar un rato, yo continuo; si te llegó a necesitar te llamare.

Hee: No es necesario; de verdad aún, puedo seguir y atender a otros pacientes.

Dr. López: Lo sé, pero te necesito descansado por si surgen emergencias. Aparte tendremos que ir a otra zona y deberás montar a caballo; aparte caminaremos por aproximadamente una hora y créeme no podrás aguantar si no me obedeces. Ahhhh! usa calzado cómodo.

Hee: Muy bien (le grita)

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Salé del lugar y se dirige al campamento; donde otros compañeros se hallaban durmiendo; había seis camarotes por habitación, cada uno tenía asignado su propio casillero con candado; para resguardar sus pertenencias.

El lugar estaba custodiado por un grupo de soldados. Hee, saluda a dos que cuidaban la entrada e ingresa; se dirige a su lugar y abre el casillero, toma su celular; lo enciende; revisa los mj y las llamadas perdidas de sus amigos, del manager y de su madre.