Parte 75 "LA ÚLTIMA JORNADA"

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Tn: Dr. Gutiérrez ¿en qué puedo colaborarle?

Dr. Gutiérrez: ¡Oh! Pequeña; veras dado a que estamos próximos a finalizar la jornada y mañana retornaremos a nuestros hogares; separándonos por un tiempo indefinido, creo que sería conveniente; intercambiar datos personales con vosotras, por ello me tomo el atrevimiento de solicitártelos.

Tn: No lo es; Jajajaja habla usted como un caballero de antaño, en esta época simplemente se dice: "pásame tus datos" y ya, sin tanta parafernalia, como lo han hecho otros de sus colegas.

Dr. Gutiérrez: Ya... Es correcto señorita; pero no se olvide que yo soy un vejestorio en peligro de extinción, criado en otros tiempos; por padres estrictos en las normas y etiquetas.

-Ambos se ríen abiertamente.

Tn: Como usted diga; Señor "vejestorio en peligro de extinción" le diré a las chicas y al final de la jornada le pasamos todos los datos.

Dr. Gutiérrez: Muy bien; por ahora tráeme unas gasas y algunas banditas adhesivas (curitas) especiales; estoy quedándome sin dichos suministros. Jejeje

Tn: Claro, con gusto; vuelvo en un trix. (Se va apresuradamente)

<<La última jornada había dado inicio desde las 5:00 am; para algunos galenos y para otros a partir de las 6:30 am, dado a que se habían programado cirugías u consultas con antelación. Por lo precario del tiempo, está se extendería hasta altas horas de la noche; quizá hasta la madrugada.

Todas las personas asistentes; voluntariado, etc. Se sentían emocionados y nostálgicos a la misma vez. Para alguno más; que para otros.

López había visitado a su cada día más hermosas hijas (Según él.) y pagado por los alimentos para las mismas; pero como era un hombre exagerado se los compro por bulto, para que lo compartieran con sus nuevas amigas.

La verdad estaba cual padre primerizo, dejando en el jardín escolar a sus princesitas mimadas.

Les compro jaulas, para trasportarlas y unos hermosos accesorios; para evitar que se las comieran en casa. (¿Le Funcionaria? Quién sabe.) Eran sus hijas y no permitiría que les hicieran daño alguno a sus "Preciosas Mascotas".

Este último día al servicio, era muy especial para él; dado que podría volver a ver a su amada familia, tenía largo tiempo viajando de un lugar a otro como "Médico Sin Fronteras"

Les había estado hablando cada noche y narrando sus aventuras, exagerando un poquito y omitiendo varias verdades; innecesarias de compartir.

Se alegraba más por el hecho que podría ver a sus abuelos, dado que estos se rehusaban a salir de sus tierras a menos que fuere estrictamente necesario; eran dos viejecitos "ermitaños", que se negaban a dar su visto bueno a ir de su casa en el campo, ubicada a 2 horas de distancia de la ciudad; les realizaría sus chequeos rutinarios y podría valorarlos personalmente.

Ambos eran personas de edad avanzada, el señor López con 98 años y su señora con 94 años; claro que eran obstinados, se criaron en esas tierras y tenían mucho trabajo con sus animales y cultivos; sin importar el número de trabajadores o jornaleros a sus servicios, ambos preferían hacerse cargo personalmente de sus responsabilidades.

Sus vidas eran monótonas y tranquilas, la naturaleza les rodeaba y era lo que más les gustaba; a sus edades el trajín de la vida metropolitana, con sus vehículos de alto cilindraje; los trancones, los vendedores ambulantes, los gritos, los pitidos; entre otros sonidos estrambóticos eran un verdadero martirio.

Pero sus amados hijos y nietos no veían esto como una "Tortura". El Dr. López solo pensaba en divertirse y presentárselos a sus amigos; imaginaba sus expresiones, la cara que pondrían al ver a tantos "CHINITOS" Jajajaja

Pero al final; le atraía más la idea de compartir con el mundo, su dicha por ser tan afortunado de tener una vida familiar tan hermosa y unida.

En lo personal y sentimental era otra cosa, una etapa de su vida, que quizá; solo quizá algún día, le podría compartir al mundo su propia historia.

Sin Un RumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora