Capitulo 40 - Eso Es Lo Difícil

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-Narra Christopher-

Me deja con la palabra en la boca y se va casi corriendo. Regreso a la cocina y me quedo en shock cuando veo a Marina en medio de la cocina y llena de lo que iba a ser la masa de las tortitas de nuestro desayuno.

Chris: Marina... princesa ¿Qué hiciste?

Marina: quelia hacel mi desayuno tío polque te taldaste mucho.

Chris: ay Marina... anda vamos a bañarte y después preparamos tu desayuno ¿si?

Marina: ¡no! ¡quielo mi desayuno!

Se cruza de brazos enojada, tomo aire y busco las palabras indicadas para poder convencerla.

Chris: a ver mi amor... mírate como estás... vamos a bañarte primero, te pones ropa limpia y después venimos y desayunamos.

Marina: ¡que no! ¡quielo desayunal! ¡quielo desayunal ahola!

Comienza a hacer berrinche y aunque intento convencerla al final accedo.

Chris: okey ya... está bien, está bien, primero desayunamos y después vamos a bañarte ¿de acuerdo?

Marina: ¡siiii!

Salta emocionada y la cargo para sentarla junto a la barra de desayuno.

Chris: aquí quédate quietecita mientras preparo tu desayuno ¿si?

Marina: pelo me abulo tío.

Chris: van a ser dos minutos Marina, por favor quédate aquí ¿si?

Marina: está bien...

Dice resignada y por fin puedo convencerla de algo, me giro para comenzar a preparar su desayuno y mientras lo hago ella no para quieta en el asiento y habla sin parar.

-Narra Dulce-

Por fin llego a la clínica en Toluca y entro rápidamente hasta el puesto de enfermeras.

Dulce: disculpe señorita...

Xxx: sí dígame ¿en qué puedo ayudarla?

Dulce: trajeron a mi abuelo con una crisis diabética.

Xxx: dígame el nombre de su abuelo.

Dulce: Bernardo Saviñón.

Xxx: un momento por favor.

Teclea algo en el ordenador y busca algo por algunos segundos que me parecen eternos.

Xxx: su abuelo se encuentra en la habitación 212, es por ese pasillo y luego a la derecha.

Dulce: muchas gracias.

Casi corro por el pasillo hasta llegar a la puerta donde veo el numero 212, abro despacio y la sangre vuelve a correr por mis venas cuando veo a Soledad y a mi abuelo hablando bastante animados.

Dulce: abuelo...

Bernardo: hola mi florecita.

Dulce: ay lalito que susto me pegaste.

Corro para llegar a su lado, me siento y lo abrazo fuerte dejando escapar algunas lagrimas de alivio, de alivio porque está bien... si algo le pasa a mi abuelo, yo no sé qué haría.

Bernardo: no llores mi amor si ya estoy bien, no llores mi florecita.

Dulce: me pegaste un buen susto, es que abuelo como no te controlas tu azúcar, de verdad te pasas.

Bernardo: pero bueno ¿tú me estás regañando a mí?

Dulce: ¡pues claro! Alguien tiene que hacerlo.

Buscando La Llave Hacia Tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora