Capitulo 90 - Gracias A Él...

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-Narra Dulce-

Llego al restaurante en compañía de Alexandra y Victoria y veo que todo está funcionando muy bien, todo va muy avanzado y en unas semanas podremos abrirlo. A pesar de todo no me voy a dejar vencer y por nada del mundo pienso rendirme.

Dulce: va muy bien ¿no?

Alexandra: está quedando muy bien Dulce, me alegro que quieras sacarlo adelante.

Alex me abraza y yo sonrío, intento caminar pero de repente siento un mareo y me tengo que sostener del brazo de Victoria para no caerme al suelo.

Victoria: Dulce ¿Qué tienes?

Dulce: no me siento bien, necesito sentarme.

Alex: ven hija ven.

Alex me ayuda a llegar hasta una silla y siento que todo el cuerpo comienza a temblarme.

Alex: Dulce... Dulce hija...

Alex me mira asustada y yo siento una opresión en mi pecho que me impide respirar cuando veo mis piernas empapadas en sangre.

Dulce: no... no Alex, mi bebé...

Alex: tranquila... tranquila...

Dulce: ¡Alex mi hijo! ¡mi bebé!

Abro los ojos de golpe al sentir unos ruidos y al hacerlo me doy cuenta de donde estoy y que todo es solamente un doloroso recuerdo, una dolorosa pesadilla. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en la habitación de mi hijo y que de nuevo ha sido ese día que aún me persigue.

Ángel: mami... mami...

Sonrío al oír su vocecita llamándome y me levanto enseguida para ir con el quien está de pie en su cunita y ya totalmente despierto.

Dulce: buenos días mi príncipe.

Lo cargo y lo lleno de besos y el ríe divertido.

Dulce: ¿tienes hambre? ¿quieres desayunar?

Ángel: ¡shi! ¡mame!

Me río al ver como intenta buscar mi pecho y lo cargo caminando hasta la puerta, quito el seguro y cuando voy hacia mi cuarto veo que él ya no está ahí y que las empleadas ya han hecho su trabajo.

Bajo hasta la cocina y veo a Emilia recogiendo lo que parecen ser los platos del desayuno.

Dulce: buenos días...

Emilia: señora buenos días ¿quiere desayunar?

Dulce: sí Emilia ¿mi esposo?

Emilia: tomó su café muy temprano y me dijo que hoy llegaría tarde porque iría a México.

Suspiro y asiento, no puedo creer que se haya ido sin decirme nada y mucho más cuando hoy va a México.

Emilia: ¿le sirvo su desayuno?

Dulce: sí Emilia gracias.

Camino hasta el comedor con Ángel aún entre mis brazos y apenas me siento a la mesa tomo el teléfono y marco su número, necesito al menos desahogarme con alguien que se que me entenderá a la perfección.

-Narra Christopher-

Intento concentrarme en los pendientes pero me es casi imposible hacerlo, esta mañana ni siquiera pude despedirme de mi hijo porque justamente ella tenía que encerrarse con él. Sé que lo hace para castigarme y le dé la razón pero ni loco, no voy a darle la razón porque simplemente no la quiero cerca de ese tipo.

Tomo el teléfono para pedirle a Patricia que me traiga un café pero de repente oigo unas voces del otro lado de la puerta y apenas me da tiempo a levantarme para ir a ver qué sucede y veo a mi hermana entrar seguida de Paty.

Buscando La Llave Hacia Tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora