Property Of Negan.

32°

— ¡Yo la conocía! — Brooke un poco asustada se vió obligada a contestar; lo observó esperando su respuesta, pero Negan parecía estar en shock por lo que la muchacha le acababa de decir. — Ella me contaba todo, éramos muy buenas amigas, hasta que se casó contigo. — Miro a otro lado mientras apretaba fuertemente sus puños. — No la volví a ver durante un año, me mudé para estar más cerca de mi familia y poco después me enteré de que Lucille había regresado, pero yo ya no estaba obviamente. —Suspiró con tristeza. — Unos 2 meses después me enteré de que murió, yo no hice nada, ni siquiera fuí a verla a su funeral, y ocurrió esto, el mundo se fue a la mierda. — Tragó saliva nerviosa, no quería verlo, su corazón latía rápidamente y los recuerdos dolorosos la atacaban, se arrepentía de haber sido una horrible amiga, de seguir siéndolo estando enamorada de su esposo.

Por otro lado Negan trataba de procesar todo, era sorprendente. Sólo miraba un punto fijo pensando, ¿Qué hubiera pasado si nunca se casaran Lucille y él?

— Nunca te llegué a conocer en persona, una sola vez me habló de ti y no fué tanto. — Terminó de contarle.

— Como es posible eso... — Susurró Negan mientras tenía todas las ideas en su cabeza sin creer nada. De un momento a otro estaban otra vez, charlando como si se conocieran mucho antes del apocalipsis, como si olvidaran por un momento que están en plena guerra, mientras que el grupo de Rick seguía pensando como hacer que Brooke volviera, no querían gastar balas, desde la última visita de Negan a Alexandria se habían quedado sin muchos recursos, y con la guerra anterior era peor. Aunque también necesitaban pensar qué pasaría con Jadis, si volvía con Negan y sus grupos, todo empeoraría mucho.

— Lo tengo. — Habló Jesús, todos lo observaron. —Tendremos que ir por muchas municiones, demasiadas a mi parecer.

— Sí, y ¿de dónde piensas que las sacaremos? — Gael preguntó.

— Déjamelo a mi, ustedes encarguense de preparar todo lo demás, saldremos unos días algunos, otros se quedarán a cuidar, los veo en la tarde para explicarles. — Sin más que decir salió apresurado de la pequeña reunión que tenían. Definitivamente se venía una guerra para nada bonita.