Recuerdos de Ceniza (Y un gato negro)

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La tarde ya había caído y el frío, que durante el día se ocultaba temeroso, empezó a manar por cada rincón de la calle Forgotten como las aguas estancadas durante los días de lluvia.

El doctor Derek y Alicia llevaban ya mucho tiempo caminando, las plantas de sus pies comenzaban a quejarse con insistencia. Pero Alicia lo ignoraba por completo, pues el sentimiento de curiosidad acaparaba todo pensamiento en su cabeza. No obstante, se resistió a preguntarle al doctor cualquier duda que le surgiera, a pesar de sospechar en el fondo de su pecho el destino de su viaje. El doctor no habló en todo el trayecto, manteniendo una mirada seria y profunda, meditabunda.

"Una mirada como la de años atrás..."

Aquella calle era encantadora, sin duda, pero se encontraba trágicamente descuidada. Las casas de estilo victoriano se alzaban a ambos lados, con sus ventanas góticas, sus verjas de hierro forjado y picudos techos de azabache. Pero empezaban a caerse a pedazos, evocando ligeramente a la consulta del doctor. El farolero aún no había efectuado su trabajo y las calles quedaban bañadas en una tenebrosa niebla que protegía sus tesoros de las miradas indiscretas. Era raro que en un barrio tal lujoso no hubiesen instalado un sistema de iluminación por gas, pero mirando el aspecto de las viviendas, probablemente a nadie le importaría en realidad. Apenas había árboles, y si los había, eran pequeños y escuálidos, plantados sobre un trozo diminuto de tierra entre los adoquines de piedra, en el que apenas disponían espacio para dejar crecer sus raíces. Debió de ser una calle de suma belleza y lujo antaño, pero lo que era hoy por hoy había cambiado, se habían olvidado de ella.

"Eso me recuerda a alguien..."

Para entretenerse, Alicia fue contando uno a uno los números que quedaban colgados de cada casa. "90, 91, 92, 93, 4, 95, 96, 9 , 68, 99..." Entonces algo le dijo que levantara la vista de los muros y frenara en seco. El doctor se había detenido ante la casa 99. Era una vivienda grande pero, al igual que las otras, completamente negra y derruida. Puede que incluso esta fuese la que en peor estado se encontraba.

"El moho la ha arrasado." Pensó observando las oscuras paredes que la consumían, y le preguntó al doctor dónde estaban.

"¿No lo recuerdas?" Aludió sorprendido. "Vamos, inténtalo."

Alicia miró fijamente la vivienda de nuevo, intentando indagar en el fondo de su mente en busca de la respuesta, tratando de captar algo, que la casa se lo dijese. No creía haber visto nunca nada así. Bueno, tal vez algo parecido... Encontró una imagen, una sola imagen. Un callejón oscuro y una luz anaranjada. Gente, gritos, fuego...

"No estoy segura..." Pero en el fondo lo sabía.

"Aquí fue donde sucedió todo, Alicia."

"¿El qué sucedió?"

"El incendio que mató a tus padres."

Alicia se sobresaltó por un momento, aunque era la respuesta que esperaba. No era moho, sino cenizas lo que cubría el domicilio; la casa había sido presa del fuego. Pero, aún así, seguía sin acordarse realmente de nada. No podía sentir pena porque no encontraba el motivo por el cual sentirla.

"¿Y cómo sabe usted que esta es mi casa, y no otra?"

"No lo olvidaría." Murmuró, casi como si fuese para sí mismo. "He de serte sincero, Alicia, hay algo que no te conté y que tal vez debería haberte dicho... Fui amigo de tu padre cuando aún estaba entre nosotros."

"No me lo creo."

"Lo entiendo, pero así es. Ambos compartíamos la misma misión, la misma pasión; ayudar a los demás. Yo era mucho más joven que tu padre, pero me fascinaba su trabajo. Era un magnífico inventor y filósofo, era mi ídolo y yo su fiel seguidor. Pronto, en cuanto entablamos contacto, me interesé aún más por su trabajo, y él por el mío. Nos convertimos en compañeros, en grandes amigos." Mientras, dejaba escapar un suspiro de añoranza. "Además, la noticia salió en los periódicos..."

WONDERLOST: El Proyecto de Alicia #OreosAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora