WONDERLOST: El Proyecto de Alicia #OreosAwards

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        El doctor Derek estaba muy alterado. El proyecto iba bien,  Alicia parecía mantenerse sana y tener un pulso estable, a excepción de un par de veces en las que se apresuró un poco, para después volver a la calma. Todo iba conforme, según lo planeado, pero aún así estaba intranquilo, pues aún tenía muchas dudas y temores correteando entre sus pensamientos.

          Temía que no pudiera traer a Alicia de vuelta. Temía que le ocurriese algo terrible, algo que la matase o hiriese en cualquier aspecto. Y si sucedía algo así, ¿qué se suponía que debía hacer? ¿Desconectarla, o dejarla estar? No lo sabía, pues ambas opciones podrían causar su fin. En aquellos momentos todo parecía conducir al mismo camino.

            El doctor Derek no comía ni dormía, sustituyendo aquellas actividades arbitrarias por la realización de cálculos cada segundo, siempre los mismos, obsesionado con que todo debía mantenerse dentro de la media. Nada podía fallar. Cada dos por tres echaba un fugaz vistazo a Alicia, quien seguía igual de inmóvil y lo único que hacía era respirar. Sentía curiosidad por saber qué sucedía en su mente, por saber cómo era aquel lugar en realidad. Pero esta vez, Alicia no gritaría en sueños, ni estaría presente para relatar cada uno de los detalles que iba contemplando  tal y como en sus sesiones de hipnosis. Esta vez, se guardaría sus visiones para sí misma.

               Esta vez, el País de las Maravillas  permanecería en las tinieblas.

                 Aquella tarde fue la más lluviosa del mes. Los médicos se movían de un lado a otro de la sala, realizando el mismo trabajo de siempre. Todo habría sido muy normal... si Ágata no hubiese aparecido por la puerta como una aparición divina. Estaba empapada de pies a cabeza, cubierta por un abrigo granate largo, unos guantes y un gorro de lana morado, todo ello algo viejo y desgastado. Entró en la habitación casi sin aliento:

-         ¡Doctor Derek! –exclamó, sorprendida de toparse con él- ¿Qué hace usted aquí?

-          Creo que podría hacerle la misma pregunta, señorita Ágata - formuló en el mismo tono- .  ¿Cómo has llegado hasta aquí?

-         Verá... –explicó entre inhalaciones-.  Aquel día, ya sabe, cuando Alicia salió corriendo como una loca de mi habitación, me dejó muy inquieta. Quería comprobar que estaba bien, por lo que rechacé el trabajo que me habían ofrecido en Londres y permanecí en el orfanato. He tardado semanas en saber dónde estaba, preguntando a todo el mundo, pidiendo varios favores y todo. Me dijeron que había sido una cosa muy grave... Y aquí es donde me han llevado mis pasos. Dígame doctor,  ¿está bien?

-         Ágata, no deberías estar aquí. Esto es muy delicado...

-         ¡Yo también lo soy! -saltó de repente- ¡Y si no me deja quedarme con Alicia, me romperá el corazón cruelmente! ¡Llevo días buscándola, déjeme estar con ella!

-         Pero... esto es zona restringida, Ágata.

-         ¡Oh, vamos! ¿No cree que estar al lado de su mejor amiga... la ayudará? ¡Por favor!

-         No creo que sea n...

-         ¡Por favor!

                    El doctor miró seriamente a Ágata, más allá de los cristales de sus gafas. Ésta se había quitado el abrigo  y lo había colocado galantemente sobre una silla. Dejó su  precioso pelo pelirrojo al descubierto y, por acción de la luz, sus ojos anaranjados brillaban con intensidad. Además, con su radiante sonrisa, era difícil decir que no...

-         Pero sólo hoy, Ágata. Nada más.

-         ¡Oh, es usted el mejor! -exclamó muy contenta

                  En cuanto el doctor se dio la vuelta, acercó una silla a "La Madriguera" y contempló a Alicia con expectación, conteniendo el aliento. Ágata seguía sonriendo, pero su mirada había cambiado.

-         No te preocupes Alicia, estaré a tu lado en esto. Conseguiré quedarme más días, hasta que despiertes. Y, uno de esos días, estaremos solas, tú y yo. Te lo prometo. Como en los viejos tiempos...¿Vale? Como en los viejos tiempos...