WONDERLOST: El Proyecto de Alicia #OreosAwards

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Ágata estaba sentada sobre una silla de madera, al lado de Alicia. Como siempre.

Todos los días sin excepción iba a visitarla, desde muy temprano hasta altas horas de la noche. El único que no se iba jamás era el doctor Derek, obsesionado como estaba con el proyecto. Y, ahora se encontraba el doble de preocupado: más de una vez, el pulso de Alicia se había acelerado demasiado, e incluso había goteado sangre por la nariz y la boca.

Algo iba mal dentro de su mente:

-          No se preocupe, doctor –repetía Ágata-. Alicia siempre ha sido una chica muy... segura. No debe de ser la primera vez. Y créame, se las apañará ahí dentro.

-          De momento. Pero estas tremendas subidas de presión sanguínea indican que se está acercando al centro de su mente, al centro de su dolor. Me alegra saber, o creer, que lo está consiguiendo, y que el proyecto Wonderlost es todo un éxito. Pero, a medida que se acerque, deberá luchar contra fuerzas más poderosas. Sean cuales sean...

-          No se preocupe. Ali ya ha estado cara a cara con la muerte, y salió victoriosa –dijo mientras le acariciaba las, ya pequeñas, cicatrices que había dibujadas en sus muñecas-. Tal vez por eso decidió conectarse a Wonderlost. Porque es amiga de la Parca.

-          Fue muy valiente el día del incendio, no todos-

-          Es más que eso. -interrumpe la chica, agachando la cabeza- Hace no tanto que volvió a probar el sabor de la casi-expiración.

El doctor Derek asiente.

-          Su intento de suicidio.

-          Así es.

-          He tratado de tocar ese tema miles de veces pero, siempre que intento sacarlo a la luz, rehúsa de contestarme, si es que no se marcha con un portazo.

-          Fue algo muy extraño para ella... y para todos –admitió Ágata.

-          No quiero ser indiscreto, ¿pero puedo saber qué ocurrió exactamente?

-          Fue hace unos años, cuando estábamos en el orfanato. Un día, se despertó en mitad de la noche y gritó horrorizada. Se levantó de la cama y vio que en sus muñecas había dos grandes aberturas que sangraban a borbotones y a una velocidad horripilante. La sangre le corría por los brazos y las manos, y no podía dejar de chillar y gritar, dejándose llevar por el dolor y el pánico. La señorita Coldheart y algunas niñas entramos asustadas en su habitación. Aunque nos espantamos más cuando vimos el horrendo espectáculo; el suelo y las sábanas estaban manchadas por completo, con Ali en el centro, arrodillada en el suelo, llorando sin cesar. A su lado, había un cuchillo que debió robar de la cocina impregnado en su sangre. Rápidamente, la señoritaa Coldheart llamó a un médico, y le vinieron a atender las heridas justo a tiempo. Pasó cinco días en el ambulatorio, pero luego le dieron el alta. Por poco la meten en el manicomio, porque aseguraban que tras este susto era mejor mantenerla bajo “vigilancia”  unos días. Al final, regresó al orfanato, pero venía muy pálida y cabizbaja. Cuando le preguntamos qué era lo que había pasado y por qué se había cortado las venas, nos alegó entre sollozos que no lo sabía, que se había despertado con las venas abiertas en mitad de la noche sin motivo alguno. Yo personalmente, y dadas las pruebas, siempre he creído que decidió aquello porque se sentía culpable de la muerte de sus padres. Siempre se ha sentido así. Pero luego, tras realizar el corte, se desmayó golpeándose con la cama, sufrió algo de amnesia y olvidó ese mal recuerdo. O, al menos, eso es lo que dedujeron. Ali sigue sin recordar que pasó antes de despertarse pero, dado su estado, es normal que no se acuerde.

-          Sí, entiendo...

El doctor no preguntó nada más, volviendo a sus hojas de cálculos y pantallas de datos.

Ágata persistió acariciando el brazo de Alicia, mientras contemplaba su cara, inmóvil.

-          Aquella noche debiste haber muerto -le susurró-, no mucha gente sale viva de algo así, como tampoco lo hacen de un incendio. Ahora dime, Ali, querida, ¿qué es lo que te hizo despertar?