En cierta aldea que se ubica en medio de un manto gélido perdido en las montañas cada cien años nace un bebé que tiene la marca de la luna oscura, de la Diosa Madre Lilith. Ni bien este demonio viene al mundo es llevado al bosque, su progenitor le t...
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La piel bajo la tela le ardía con el toque de aquel extraño, se sentía diferente, como liberado. Era una sensación de lejanía, de desconexión con la vida que tenía, una suerte de sueño, sin embargo ¿cuál era la realidad y cuál era el sueño? Un anhelo por quedarse girando en los brazos del noble crecía y lo invadía, por quedarse en ese salón encantado por siempre.
A cada minuto el azabache lo atraía más a su cuerpo, como para poder juntarlos y hacerlos uno.
Tanto, tanto tiempo vivió solo y creyó que podría seguir así pero la marca ardiendo trémula en el hermoso cuello de su vinculado desde que nació lo enloquecía, cualquier cosa sería sacrificada, llevada lejos, tomada...todo con tal de poder poseer a la criatura más fascinante y hermosa que sus sombríos ojos habían visto.
La iluminación del salón se fue volviendo tenue lentamente hasta darle un aire más íntimo, más romántico. Jungkook tomo la mano del castaño y lo guio escaleras arriba, lejos de esa multitud de personas que poco le importaban, que eran casi de relleno. Ya tenía a su objetivo así que el mundo podía perderse. Se quitó la máscara e hizo lo mismo con el antifaz del contrario para quedarse viéndolo a los ojos. Ahora que se había vuelto un muchacho era todavía más hermoso, mucho más perfecto si podía serlo...acarició sus labios entreabiertos mientras el sonido de los violines de la fiesta eran lejanos.
─Oh mi hermoso vinculado─ con la mano libre rozó el cuello de Taehyung sintiendo aquella señal de vitalidad, de esa frágil humanidad que lo invitaba a destrozarla.
─ ¿Quién...quién eres realmente Jungkook? ─la voz le salió en un susurro sin poder apartar la vista de esos orbes que cambiaban lentamente de un café intenso a un color grana─ ¿por qué te siento tan...familiar?
─Soy tu destino─ unió sus labios con los del castaño en un suave beso simulando el vuelo de un pájaro y lo rodeó con sus vigorosos brazos─ vámonos lejos y te daré aquello que anhelas cuando piensas en mí, cuando despiertas a medianoche con el deseo de tenerme.
En el gran salón Namjoon veía hipnotizado a un Jin sonrojado bailando alegremente en medio de la multitud, sus movimientos sublimes hacían que el más alto no pudiera apartar la mirada. En ese momento fue cuando Namjoon se cuestionó realmente la posibilidad de sentirse atraído hacia él. Tomó otra copa sintiéndose como con una especie de vértigo por el descubrimiento.
Más allá Minho bailaba con un prometido lejano y casi evasivo, no le tomó importancia a dicha lejanía, sabía que Taehyung se sentía algo incómodo por la unión. Pero en ningún momento se detuvo a pensar que aquel abatimiento fuera acompañado de un rechazo a tener una relación amorosa con él, MinHo creía firmemente que Taehyung compartía ese sentimiento, esa atracción, tal vez no tan intensa pero tenían todo el futuro para aprender a amarse. O también, podía ser que sólo fuera una táctica para darse algo de importancia y que MinHo estuviera aún más interesado en su persona, no dar una imagen fácil a pesar de morirse por correr a sus brazos.
