En cierta aldea que se ubica en medio de un manto gélido perdido en las montañas cada cien años nace un bebé que tiene la marca de la luna oscura, de la Diosa Madre Lilith. Ni bien este demonio viene al mundo es llevado al bosque, su progenitor le t...
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Pero Namjoon tiene una historia inconclusa en sus manos, es difícil seguir adelante cuando no hay final para esa etapa que sigue siendo parte de ti. El muchacho marcha hacia aquella ciudad con el corazón temeroso, para cuando llega a aquella zona en la que estaba su hogar, todo lo que conoció no existe. Los comercios siguen trayendo productos de otras tierras, los pescadores echan sus redes al mar, los artesanos moldean la arcilla, pero el lugar donde se hallaba su casa no está. Aquella casona ha sido destruida en su totalidad y se alza un gremio de curtidores.
El joven se queda parado al frente del recinto por un buen tiempo, la capa de índigo terciopelo esconde su identidad, sus manos se hacen puños conforme la realidad lo golpea. Después deambula por las calles como si esperara que las piedras le susurrarán qué pasó hasta que ve a un joven mancebo que a veces pasaba por el comercio y les ayudaba a cargar algunos sacos de especias que les llegaban en las embarcaciones que venían de la India si el viaje era auspicioso y tocaban tierra sanos y salvos. Modulando su voz lo saludó, el chico sonrió amablemente.
─ ¿Desea que lo ayude en algo? Por lo que veo es un viajero ¿necesita que le indique dónde se hallan las posadas?
─Seungkwan, soy Namjoon─ descubrió un poco su rostro oculto en el capuz de su ruana y el contrario no pudo ocultar su sorpresa.
─Señor Byung.
─Guarda silencio y acompáñame hasta librarnos de los indiscretos que debo hablar contigo.
Ambos hombres caminaron hasta el final de la callejuela perdiéndose por una mata de enredaderas que se desperdigaban por la parte más arcaica de la ciudad. Al sentirse a salvo, el más alto se detuvo y descubrió su cabeza totalmente. Se sentó en un banco de piedra e invitó al contrario a hacer lo mismo.
─Parece ser un asunto serio, mi señor ¿qué es lo que lo atribula? ─lo cuestionó temeroso al ver el rostro afligido del mayor.
─Dime Seungkwan ¿dónde estuviste hace un mes?
─Llevé un recado a una aldea que está cruzando el valle.
─Continúa, relata todo desde ese momento hasta hoy.
El contrario le relata que al regresar después de cuatro días, la ciudad se hallaba en silencio absoluto y así permaneció hasta que el noble que habitaba el palacio se retiró. Supuestamente ese hombre trajo solamente caos y destrucción, a la par de la partida de todo el cortejo del conde, hubo una gran celebración. Se adobaron prendas de caza, todos bebieron abundante vino. Seungkwan se enteró recién de la verdad en el momento en el que los ciudadanos ebrios empezaron a contar cómo habían torturado a Minho y a Baekhyun, corrió hacia la casa Byun pero todo el complejo había sido destruido.
─Park Chanyeol fue el único que les dio entierro por el bosque para después irse, sobre su hermano menor...nadie sabe nada.
Namjoon dejó algunas monedas al muchacho, sin esperar nada más, rehízo sus pasos al pueblo donde Jin y el amable doctor seguro estarían sacando el pan del horno a esa hora. Su viaje de regreso fue duro, el frío además de la lluvia lo hizo demorar más, para cuando pudo poner un pie en el jardín delantero del doctor, habían pasado quince días o más. Tocó el portón de madera y la sonrisa cariñosa del médico le hizo sentir un poco de calidez.
