Con Ethan hemos venido a una pequeña heladería del pueblo. Es muy vieja, tanto que desde que era una chiquilla solía venir acá a disfrutar de su gran variedad de sabores, aunque mi sabor favorito siempre ha sido el chocolate. Me recuerdo sentada en alguna de estas mesas con el abuelo y las lágrimas se me acumulan en los ojos. Nunca podría olvidar todos los momentos felices que pasé con Oscar Debans, incluso cuando me daba mis regaños, y son los que se mantendrán en mi memoria cuando él... ya no esté aquí conmigo.
Me llevo una cucharada de helado a la boca, y al ser de mi sabor favorito no puedo evitar cerrar los ojos y emitir un gemido cuando explota en mi paladar. Sin embargo, a pesar de estar disfrutando de algo que me gusta y en compañía de un hombre... agradable no puedo evitar sentirme extraña ante una que otras miradas curiosas sobre mí y uno que otros murmullos. Es la primera vez que salgo de la hacienda desde que volví a Palmer y esta fue una de las principales razones: esas miradas y esos cuchicheos.
Antes ya había mencionado que este es un pueblo muy pequeño y soy la nieta de Oscar Debans, quien es bastante conocido además. Muchos conocen las razones por las que un día me marché de aquí, dejando todo en este lugar para comenzar una nueva vida en la ciudad...
—Estas muy pensativa, Cara —la voz de Ethan me saca de mis pensamientos y enfoco mis ojos en él, olvidándome de la gente que observa y murmura, no debería importarme de todos modos—, pareciera como si no te sintieras cómoda estando aquí conmigo, ¿es así?
Sacudo mi cabeza en negación.
—No es eso, no lo entenderías yo... llevaba mucho tiempo fuera de este lugar y no había salido fuera del rancho desde que volví, eso es todo —murmuro, mirando sus ojos grises—. Me siento cómoda aquí contigo, eres muy agradable a pesar de que estas bastante loquillo. Si no lo fueras no me hubiese aventurado a venir aquí contigo.
Ante mis palabras el sonríe, metiéndose una cucharada de helado en su boca. También eligió chocolate como yo.
— Háblame de ti, Cara —me pide y antes de que yo pudiera decir nada, él se adelanta a agregar—: Recuerdo que me dijiste que volviste al pueblo por tu abuelo, mi pregunta es, ¿es solo una visita ocasional o te piensas quedar?
Recorro la coleta que me había hecho y, dejando salir un suspiro de mis labios, recargo mi espalda sobre mi silla.
—No hay demasiado que te pueda contar de mí, Ethan —musito, tragando duro—. Como antes de dije llevaba algunos años viviendo en la ciudad y fueron los suficientes para acostumbrarme a ella y a mi vida allí. Sin embargo, en este pueblo está el hombre al que más amo en este mundo. Él está algo delicado de salud y aunque me conviene ignorar la realidad, supongo que para no hacerme a la idea de que en cualquier momento lo puedo perder, sé que él puede morir sin previo aviso y...
No puedo continuar hablando cuando un nudo se forma en mi garganta y las lágrimas pugnan por salir de mis ojos.
Ethan busca mi mano por encima de la mesa con mantel de color pastel y la aprieta fuerte en un intento de apoyo.
—Lo siento, Cara —me dice—. Yo sé lo que duele perder a un ser querido yo... pasé por eso alguna vez. Es horrible.
Con la mano libre me seco las húmedas mejillas, recorriendo los rastros de lágrimas. No soy una persona que le guste demasiado llorar y menos delante de otras personas, me hace sentir débil y no me gusta.
—Gracias, Ethan. —Él asiente dándome una mirada compasiva—. A lo que quería llegar es que por ahora pienso quedarme en Palmer, ya veré más adelante que sucederá.
—Sé que apenas me conoces, Cara pero quiero que sepas que puedes contar con mi apoyo para lo que deseas, ¿de acuerdo?
Asiento con una pequeña sonrisa sabiendo que está siendo sincero.
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Por una promesa © DISPONIBLE FÍSICO Y DIGITAL, AMAZON
RomanceCompleta/ Por tiempo limitado LIBRO 1 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» Por una promesa es una historia de amor, pero también es de odios y rencores del pasado, una historia donde el odio juega un papel fundamental, y solo una fuerza mayor y superior...