Cara
Me despierto sintiendo las caricias de unos labios en mi cuello, lo que logra que de mi boca se desprenda un gemido.
Adam.
Dios, este hombre es incansablemente ardiente y es por ello que lo he tenido bastante dentro de mis piernas estos días. No es que este quejándome, sería completamente hipócrita si lo hiciera, pues estar entre sus brazos realmente es muy... gratificante por decir una palabra ya que no podría de ninguna forma encontrar una exacta para explicar todo lo que me ha hecho sentir desde la primera vez que él puso sus manos sobre mí. Parece todo tan irreal y tan bueno a la vez. Jamás imaginé que se podría sentir tanto con una sola persona.
Llevamos seis días en este lugar y apenas si he conocido Brasil como tenía pensado. Solo la playa que está aquí mismo en el hotel y a una disco que fuimos a bailar la noche anterior, pues no he podido conocer más debido a que mi ardiente marido a duras penas hemos salido de la habitación, y sigo sin quejarme.
—Buenos días. —Le miro de costado sonriendo con todos sus dientes. Luce muy relajado, como si no hubiera despertado sobresaltado a causa de una pesadilla hace apenas unas horas atrás y que solo con mucho esfuerzo pudo volver a conciliar el sueño—. ¿Sabes? Amanecí con muchas ganas de ti, cariño.
Sonrío sintiendo más besos en el cuello, mi mejilla y como toca mi espalda desnuda. Sus manos nunca están quietas cuando se trata de mí. Según él no pude dejar de tocar lo que es suyo. Tan celoso y posesivo.
Aunque como me comporté con esa rusa que se aprovechó de la situación y lo besó luego de que la salvó hace días atrás, quedó más que claro que somos ambos muy posesivos el uno con el otro, además de celosos, y es algo que me sorprende tanto descubrir. Nunca fui ese tipo de mujer. Con mi ex novio apenas le hacía algún tipo de escena o quería estar pegada de él todo el tiempo, entre sus brazos y besándola y abrazándolo, pero creo que tiene mucho que ver con el hecho de que los sentimientos son altamente diferentes. Él nunca se empeñó en hacerme sentir como lo hace, Adam. Él nunca me hizo sentir tan amada, única y especial. Él nunca me miró con tanta devoción y amor. Él nunca me miró como si yo fuera el centro de su mundo y la cosa más alucinantemente bella que han visto sus ojos jamás. Son tantas las cosas que podría decir que los hace diferentes y la razón por la que en definitiva, no quiero perder a Adam de ninguna forma y no es solo por el sexo, es por mucho más que eso porque él solo mirándome me hace sentir tantas cosas.
Miro a mi marido quien masajea la piel desnuda de mi abdomen por debajo de la sábana mientras sus dientes tiran con delicadeza del lóbulo de mi oreja, gemí, inevitablemente.
—¿Que tú no te cansas, Adam? —Me roba un beso mañanero en los labios y deja otro beso más bajo en la piel de mi garganta.
—De ti, ni en mil años.
Ladeo la cabeza.
—Eres increíble.
—Increíblemente ardiente sí y mucho. No me culpes, con ninguna mujer he disfrutado tanto hacer el amor como contigo. Si pudiera no saldría de entre tus piernas ni un solo minuto del día, me tienes adicto a ti, Cara.
Le miro de soslayo.
—Ni que lo digas. Desde que llegamos es lo único que has hecho. Ni siquiera me has dejado conocer el país como tenía planeado —suelto, con un puchero que él besa dulcemente, y luego se queda viéndome a los ojos con una sonrisa en los labios.
— ¿Y es que acaso alguien te dijo que yo vine a conocer este país? —Niega con la cabeza—. No, yo vine a conocer a mi mujer en todos los sentidos.
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Por una promesa © DISPONIBLE FÍSICO Y DIGITAL, AMAZON
RomanceCompleta/ Por tiempo limitado LIBRO 1 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» Por una promesa es una historia de amor, pero también es de odios y rencores del pasado, una historia donde el odio juega un papel fundamental, y solo una fuerza mayor y superior...