Algunos minutos antes...
Adam
Contrario a lo que muchos crean nunca se ha podido elegir de quien te enamoras. Estemos claros que el corazón tiene libre albedrío y elegirá por su cuenta, así no sea la persona correcta.
Y sabemos a ciencia cierta que en la mayoría de las ocasiones no estás consciente de que lo estás haciendo: Enamorándote... De que poco a poco tu corazón ha dejado de pertenecerte de un minuto a otro, sin previo aviso lo has entregado. Porque nadie te avisa si te estas enamorando o no y si te conviene retroceder algunos pasos atrás, cuando te das cuenta ya estas estúpidamente perdido. Sin salida. No sirve querer frenar porque te darás cuenta de que es imposible, esa persona se ha colado en lo más hondo dentro de tu pecho, lo ha hecho su hogar sin tu permiso y se ha tatuado en tu alma por sí mismo.
Enamorarse no es lo complicado, es lo que viene después de hacerlo.
Elena, se mueve sobre mi cuerpo, está montándome como una demente. Sus ojos gritan que lo está disfrutando mientras sus uñas se clavan en mi pecho desnudo y me rasguña.
—Cielos, se siente tan bien.
No sé en qué momento las cosas cambiaron de dirección, no sé en qué momento las palabras que había dicho hace unos minutos perdieron validez en mi cabeza. Pase a traicionar mis propias líneas. «No sucedería dos veces». Pero está sucediendo. Supongo que, porque estoy tan abatido y muerto que no tengo fuerzas ni siquiera para resistirme, creo que porque me he convencido de una cosa, necesito sacarme a esa mujer de la cabeza de una vez por todas, como sea y con quien sea. Ella no es mía. Nunca ha sido mía y tampoco será mía.
Me tocará vivir con el hecho de que nunca podré sentirla como mía.
Mi mente como si de una grabadora se tratase, comienza a reproducir todas las palabras de mi esposa que me confirman que lo que más me conviene es sacarla de mi sistema. En estos momentos mi deseo de olvidarla es más grande que mi deseo por ella. Es inmenso y desesperante al mismo tiempo.
— Reproduce esto en tu cabecita para que lo tengas claro cada día a partir de hoy, Adam Summer: seré tu esposa porque no me dieron otra opción, pero lo que nunca seré es la mujer de alguien como tú.
—Me das tanto asco Adam, que solo el hecho de mirarte me provoca arcadas.
—Mi cuerpo tiene tatuado sus manos, sus caricias y besos. Y mi boca, el sabor de la suya. Ethan Forter sí es un hombre con todas sus letras; solo él me calienta y me provoca ardor en la sangre, no como tú, que lo único que me produces es asco y ganas de vomitar cada vez que te veo a la cara.
—Tú no eres nadie en mi vida.
—No me interesa a quien te lleves a la cama, después de todo esto que tú y yo tenemos no se puede llamar matrimonio, lo único que nos une es un puto papel donde figuramos como marido y mujer, absolutamente nada más nos une y tampoco es como que me importe.
Ya no más Cara Williams, no me arrastraré más ante ti.
No se puede buscar algo donde no vas a encontrar nada, y ciertamente y aunque me duela en lo más profundo del alma, con Cara no tengo ninguna oportunidad. No la hay ni la habrá. No importa cuánto lo intente. Cuanto me arrastre ante ella. Cuanto le grite que estoy enamorado de ella como un demente. Y menos, cuanto me esfuerce en mostrarle que soy un hombre distinto a aquel muchacho que le hizo tanto daño, que cambié y todo lo que quiero es resarcir mi mal haciéndola feliz, no conseguiré nada de esa mujer. Su corazón está lleno de odio, envenenado por el rencor.
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Por una promesa © DISPONIBLE FÍSICO Y DIGITAL, AMAZON
RomanceCompleta/ Por tiempo limitado LIBRO 1 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» Por una promesa es una historia de amor, pero también es de odios y rencores del pasado, una historia donde el odio juega un papel fundamental, y solo una fuerza mayor y superior...