Narra Malú
Los rayos de sol que anuncian la llegada de la primavera, invaden el lugar, por un momento maldigo no haber cerrado las cortinas la noche anterior, pero recuerdo. Estábamos demasiado ocupados para ello, incluso las ganas que nos teníamos eran superiores a nosotros mismos, que decidimos acalorar el salón esa noche y olvidarnos de la habitación.
Me remuevo un poco, pero el espacio entre Gonzalo y yo era tan diminuto que fue casi imposible. Siento su respiración en mi hombro y suspiro, logrando estremecer cada parte de mi cuerpo aún desnudo.
- Buenos días pequeña... - siento como me susurra en el oído, y por inercia me muerdo el labio inferior, mientras que va depositando besos por mi cuello.
- Hola... - me giro, y quedo a milímetros de su boca. - Buena noche la de ayer, no? - ríe.
- Si, parece ser que tendré que irme de viaje más a menudo para que me des este recibimiento siempre... - mis manos juegan por su abdomen y suben hasta sus brazos. Vuelvo a mirar sus labios, los cuáles saboreo y disfruto. - Espera aquí, que me toca ahora consentirte a ti. - y se levanta, dejando más espacio en aquel sofá.
Los minutos pasan sin más, y Gonzalo aún sigue perdido en la cocina. No se que intenta hacer, pero me encanta. Los nervios van aumentando poco a poco, ya que siempre, él hace lo imposible por sorprenderme y hacerme cada momento especial a su lado, mientas yo entre gira y gira, disco y todo lo que implica la profesión, el tiempo me es escaso.
Enciendo la tele en búsqueda de algo que me haga esos momentos menos estresantes, ya que nunca he soportado bien las sorpresas. Me encantan si, pero soy tan hiperactiva y curiosa que nunca aguanto todo lo que ello implica.
Y sin más, vuelve a aparecer ella en mi vida. Allí. Sin buscarlo. Aparece remoloneando todo los esquemas y sin pensarlo, solo sonrió.
"Hoy en taquilla media hablaremos de las siguientes paradas de la exitosa gira de la cantante Malagueña Vanesa Martín."
Que bonita que es, así, en un escenario, dándolo todo. Y que malas fuimos en cuidar lo nuestro. Yo más que ella. Pero así es la vida. A veces, se quiere tanto a alguien que te hace daño, que te rompe por dentro.
Y por casualidad, o simplemente por cosa del destino, mi móvil se enciende con una notificación de Twitter, y observo el día por unos segundos. 6 de octubre. Que bonito eras, pero que desgarrador.
Otra vez, me asaltan los "que hubiese pasado sí...", los recuerdos de tantos momentos compartidos, que por mucho que odie, compartirán mi camino siempre. Ojalá tener las garras suficientes para ser valiente, correr y luchar; para callar bocas y demostrar por primera vez en la vida, que si que la quise como a nadie, como no querré a ninguna jamás. Pero me empequeñezco solo de pensarlo y imaginarlo. Yo no estaré nunca preparada para ello, y ella nunca aceptará solo lo que puedo ofrecerle.
Pero es que, quiero ser libre como hace tiempo que no lo soy, o al menos no lo siento así. Quiero gritar en silencio todo lo que es esta Malú, la que dice sin tener en cuenta lo que los demás opinen.
Cuantas veces le prometí que viviríamos eso juntas, que solo sería el comienzo de todo lo bonito que Le estaba sucediendo, y que yo iba a estar ahí, en uno y mil atardeceres, para arroparla. Que "cuestión de piel" sería sólo uno de los muchos discos por los que brindariamos, por los que soñaríamos despiertas y deshariamos lo que sabemos la una de la otra, entre las sábanas de seda.
Y, me vuelto a perder en todo lo que esa mujer causa en mi vida, en como enredada mis pensamientos, que no escucho como Gonzalo grita mi nombre.
- Malú... - me giro y le observo, aunque me resulta aún lejos sus palabras.
- Si. - digo, pero mi cabeza sigue en ella, allí a su lado, aunque este a kilómetros de mi.
- ¿Estás bien? - se acerca y me acaricia la mejilla.
- Si claro.. - sonrió, y dejo todo esos pensamientos a un lado. Todo pasa por algo, y ella ya es pasado. Gonzalo es mi presente, y uno que me trata como princesa. Eso es lo único que debe atormentar mi cuerpo.
- Te he hecho el desayuno pequeña...Venga vamos. - me agarra la mano y me acerca a tu cuerpo.
- Gracias por ser como eres, siempre, de verdad. - esta vez soy yo quien disfruto de su sonrisa, y Le doy un leve beso en los labios.

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Aprender a (sobre)vivir
FanfictionUna vez más, aquí estoy, tratando de vivir, de ser feliz sin ella, sin sus besos y sus manos agarrandome tan fuerte, que me podían retener incluso con una multitud de cuerpos a nuestro lado. Se que no será fácil, porque nos conocemos demasiado y sie...