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Narra Malú

Después del día tan agotador en la oficina, lo único que deseaba era volver a casa y pasarme toda la noche entre sus brazos.

Adiccion tenía por ella y por su ojos, por como me mira, me deshace por dentro, y como me hace sentir. Es ella, es mi Vane.

Cuando me disponía a salir de todo aquel caos el móvil vibró desde mi bolsillo.

- Diga.

- Mi niña, ¿que tal? - aquella voz fan familiar, y que tanto me protegía.

- Hola Ale! Muy bien, ya sabes... ¿tú, corazón? - me hacía mucha ilusión volver a escuchar su voz; siempre me daba paz.

- Muy bien. Solo te llamaba para confirmar que vienes esta noche... - hubo un momento de silencio. Se me había olvidado por completo. - Lula, no se te habrá olvidado....

- No, para nada. - le interrumpí. Lo conocía muy bien, y como le dijera que si; me mataba.

- Muy bien, porque ya sabes cómo es Raquel con su cumple...

- Qué si hombre. No se me ha olvidado. - bufé. Cambio de planes completamente. - Solo una cosa.

- Lo que digas.

- Voy a llevar invitada. - sentí su risa al otro lado del teléfono, y ya sabía por que. Me conocía tan bien que daba miedo.

- Pues las espero aquí.

- Muy bien. Hasta esta noche, corazón.

Bueno, pues el plan de estar toda la noche sin hacer nada en casa parecía que no iba a poder cumplirse; por lo menos estaría con ella.

También echaba de menos los días que salíamos con la familia y los amigos por ahí, y éramos dos personas normales, que se amaban.

Así que después de esperar unos momentos en el coche, esperando respuesta del mensaje que le había enviado unos minutos antes para saber informarle de los cambios de planes; decidí ir a su apartamento y sorprenderla.

Así que al encontrarme en frente de su puerta, después de tanto tiempo, sentí en mí una mezcla extraña. Una mezcla de ganas , y miedo.

Esperé unos momentos.

- Hola. - sonreí como gilipollas al notar su presencia, otra vez.

- Hola gorda! - dije y le deposité un suave beso. - ¿Qué tal el día? ¿Y Ana? - y entré. Ella aún esperaba en la puerta.

- Bien. - Dijo sin más. Me dispuse a sentarme.

- Bien, ¿y ya? - se acomodó en el sofá, a mi lado.

- Sí, ¿que más? Lo mismo de siempre. ¿Y tu? ¿Qué tal con Rosita? - me reí ante la ironía.

- Muy bien. Sigue igual, pero bueno, ya empezamos con algunos temas para el próximo disco, y eso... - bajé un poco la cabeza,  porque aún dolía que no me dejara componer, expresar lo que realmente sentía.

- ¡Qué bien! - Dijo, con menos ganas que las mías.

- Por cierto, se me había olvidado que hoy era el cumple de Raki, y Ale nos ha invitado a cenar a su casa...

- me interrumpió. - Yo no creo que pueda. Tengo mil cosas que hacer todavía.

- Es en la noche amor. Y, además, ¿no puedes cambiarlas? - me acerqué. - y pasar la noche juntas... - le di un beso en la mejilla.

- No. - respondió inmediatamente, y se separó al minuto.

- ¿Qué te pasa? - me acerqué y acaricié su hombro; pero inmediatamente se apartó, otra vez..

- Qué no puedo, ya te lo he dicho. He perdido mucho tiempo estos días juntas...

- ¿Perdona? - la interrumpí, y me levanté del sofá.

- Eso, y los conciertos siguen...

- Y, ¿Tú crees que yo no? Pero en fin...

- Ya, pero yo no estoy en medio de la realización de un disco; que puedo hacerlo que quiera...yo tengo que cumplir fechas...

- ¿Se puede saber que coño te pasa, Vanesa? - me estaba cabreando su tono. - Solo quiero pasar tiempo juntas...

Pero No dijo nada. El silencio se hizo entre nosotras, y solo pude observar como iba a su habitación y regresaba con una revista entre sus manos.

- Esto me pasa Malú...- Tiró la revista. - ya estoy cansada de este jueguito siempre.

Mis ojos se quedaron perplejos ante la foto que aparecía en la portada. Gonzalo y yo, aquel día que quedamos para acabar nuestra relación en el restaurante, después de Granada. Como si fuéramos felices; cuando ya no quedaba nada entre ambos.

- ¿Qué mierda es esta? - pregunté y la ojeé. Cada cosa que leía era más mentira que la anterior.

- Eso te pregunto yo a ti. - cruzó sus manos entre su pecho, y noté que estaba muy enfadada.

- Es pura mentira joder. - me levanté, y coloqué a su lado. - Ese día fue después de Granada....

- Volvío a interrumpirme. - Eso quiere decir que mientras en Granada me decías que me queríamos, venías y te lo follabas. - gritó. - cada vez me sorprendes más.

- Eres gilipollas. - me cabreaba que pensara eso de mi. - Es que...si de verdad piensas eso...

- Y, ¿Qué quieres que piense? A ver...una foto dice mucho más.

- Qué se lo han inventado joder. Han manipulado todo esto. - señalaba las fotos que aún estaban entre ambas. - Que ese día terminé cualquier relación con el. Hace días que no se ni que coño hace. - suspiré y puse los brazos en forma de garra.

- Su expresión cambió un poco, pero después rió. - Buen intento. - No entendía nada. - ¿Es todo lo que puedes decir? Terminasteis, ¿y después os fuisteis abrazados? Que bien.

- ¿Qué abrazados? - cogí la revista. - Me pasó el brazo porque tenía frío un puto segundo, y de ahí nos despedimos.

- Ya claro....

- Es la verdad. - bufé.

- Vale.

El silencio volvió a hacerse entre nosotras. Ya sabía yo que tantas cosas buenas en nuestra vida por tanto tiempo, algo malo traía. Nunca podíamos estar felices tanto tiempo seguido. Y parece, que seguiría siendo así.

Su semblante todavía estaba desafiante.

- Eres imbecil! - dije.

- ¿Por qué? ¿Por ver la realidad?

- La realidad claro... - bufé. Suspiré y di una vuelta en el sitio. - Me jode que le creas mucho más a lo que dice una Puta revista, cuando sabes que inventan más de lo que dicen, que a mi...pero en fin. No merece la pena que ni te explique.

- Pues muy bien.

- Muy bien.

Y salí como una bala de aquella casa. Si ella no me creía, ya no se podía hacer nada.

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