16

1.1K 47 8
                                    

Narra Malú

Habían pasado un par de días desde aquel mensaje; y muchos otros que quedaron ahí, también. Pero esta vez, quería hacer las cosas bien; por ella y por mi. Se que necesitaba su espacio y por eso le había dado ese tiempo, no quería presionarla.

Vanesa había dicho que le demostrara con actos lo que sentía, y estaba dispuesta a ello. No me iba a rendir tan fácil, esta vez no.

Llevaba varias horas en la carretera, y el cansancio me estaba invadiendo por momentos, no imaginaba a Granada tan lejos de Madrid. Pero, por ella valía todo la pena.

Muchas veces cuando estábamos juntas, ella venía de Malaga, de los conciertos, toda la noche manejando para estar un par de horas a mi lado, para sentirla más cerca y adorarnos como solo nosotras sabíamos. Hoy era mi momento. Hoy, quería volver al lugar donde vio nacer todo, a nuestra Granada, nuestro comienzo; porque para mi esto lo era también.

Ante tanto pensamiento, la llamada de Ana me sacó de mi zona de confort mientras conducía; nunca me ha gustado manejar; lo confirmo, soy un desastre.

- Anita... - dije un poco alto.

- Qué ánimos, para venir conduciendo eh. - se rió.

- No me digas, que pensé que no llegaba viva. - Mi vista seguía en la carretera.

- A ti nada más se te ocurre, con lo fácil que es coger un AVE hoy en día. - me reclamó.

- Ya, pero no quería... - me callé. La estaba cagando; o lo iba a hacer.

- Qué te vieran , y atarán cabos; las cosas no cambian. - escuché como le decía algo a alguien a su lado, y repetí sus palabras una otra vez en mi cabeza.

- Lo siento...

- A mi no me tienes que decir nada. Te entiendo, pero también la entiendo a ella, y es mi amiga; por solo espero no estarla cagando yo también.

- No Ana, - volví al ataque. - Se que será difícil, pero quiero reconquistarla, la quiero de verdad; y quiero luchar.

- Eso espero. Así que en 15 minutos máximo te quiero aquí.

- Vale jefa.

- No, esa Eres tú. - reí.

- Y Ana, - volví a decir antes de que colgara. - Gracias por esto.

- No me la des, solo reza porque Vanesa no me mate; o nos mate a las dos de una vez.

Ante aquello solo pude echarme a reír, y esperar impaciente su reacción. No estaba seguirá de cual sería en ese momento; simplemente podía besarme hasta hartarnos, porque siempre había adorado las locuras; o tal vez...no lo sé.

Había estado tan rara estos últimos días, casi ni me había respondido a los mensajes, o si lo hacía era con una de sus ironías.

Madre mía, el amor era una puta locura; pero una hermosa.

Y me sumergí tanto en la imaginación de como sería cuando la viera, que me pasé de salida, y maldije. Iba a llegar tarde; otra vez. Nada nuevo en mi, también.

Ay Malú; eres un puto caos. Asumido. Y, la peor conductora del mundo.

Giré, para continuar en mi camino; seguro que aquello era una infracción, pero me dio igual.

Pero bueno, si hasta en Madrid me perdía; que iba a esperarme de esta cuidad que ni conozco bien.

Y; el móvil volvió a sonar, y imaginé que era Ana otra vez porque estaba tardando más de la cuenta.

- Lo siento, de verdad, en nada llego. - dije inmediatamente después de cogerlo. Aunque seguía atenta a las calles, y la seguía de mostraba en ellas.

- ¿Malú?

- ¿Gonzalo?

- Sí, vine a buscarte a casa y no estabas. - escuché desde el otro lado. Maldije.

- Eh si; - búscate una excusa rápida. - Vine a Sevilla a ver a la familia, que ya la echaba de menos. - Espero que se lo crea; pensé. - Pero, ¿tú no estabas de viaje?

- Sí exacto, acabo de llegar, y por eso viene...pensé que quizás me podías dar un recibimiento como la vez pasada...

- Interrumpí inmediatamente. - Eh no, lo siento, después hablamos. - Estaba llegando al recinto. - Adiós. - y colgué.

Ahora si, me sentía la más mierda del mundo. He venido a Granada para demostrarle a la mujer de mi vida, que era lo más importante, y mientras tanto le miento a mi "novio" de donde estoy.

Soy una puta mierdas.

Y entonces, comprendí a Vanesa; seguro que ella quería más a Inma de lo que yo a Gonzalo, pero el problema estaba en que yo era mucho más cobarde. En el fondo sabía que ella si la convenciera y le demostrara mi amor, y mis verdaderas intenciones, iba a dejar todo por mi, mientras yo seguía viviendo en esta doble vida que ella tanto odiaba.

Algún día tendré el valor de dejarlo todo por ella; quiero intentarlo. Quiero vivir.

Quiero decir lo que soy, y como me siento , y no sentir miedo de si me aceptarán o no.

Salí del coche y me dirigí a la puerta trasera, mientras mi cabeza recordaba las palabras de Ana, y mi acción hace unos momentos. Tenté en irme, y arreglar mi mierda de vida primero; pero no pude. Saber que la podía tener a mi lado aunque sea unos segundos logró que cualquier otra idea que rondara por mi cabeza se iba a desvanecer.

Le envié un mensaje a Ana, y a los segundos apareció.

- Tu llegando tarde, qué raro. - bufó, mientras me daba dos besos. Comenzamos a caminar por el Backstage.

- No me digas nada, que me he perdido 3 veces. - rodee los ojos.

- Madre mía Lula. - me dio en el hombro. - Está en el fondo del pasillo. - me miró pícaramente. - Y no me la entretengas mucho. - Caminé rápidamente. - Bueno, si no te echa ella antes. - murmuró, y yo reí.

- Lo dudo. - me giré, y le guiñé el ojo.

Oh! No.

Me temblaba todo en ese momento. Era un Flan, era una cría cuando le va a decir algo a sus padres.

Volvía a temer su reacción. Como lo que más.

Y entonces, después de suspirar varias veces, y obtener los pros y contras de la situación, toqué un par de veces.

- Pase. - Dijo Vanesa del otro lado.

Tomé aire, y abrí aquella puerta.

Aprender a (sobre)vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora