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Narra Malú

- Lula... - protestaba Alejandro, después de haberle contado las últimas noticias sobre Vanesa.

Hacía varios días que ella se había marchado a Málaga, y normalmente cuando se iba, no quería saber mucho del mundo exterior, era su gente y su tierra, así había sido siempre. Por lo que mis dudas, y mis inseguridades ahí seguían, con aquella caja, pero más presentes que nunca.

Alejandro me había invitado a cenar esa noche, ya que era su última noche en Madrid, antes de volver a Miami, por lo que me fue imposible no contarle todo. Era mi mayor apoyo siempre en estos temas, y sobre todo con Vanesa. Me entendía como nadie, y me decía las cosas claras.

- Joe Ale, se que soy una insegura de mierda, pero ¿Qué le hago? - rodeaba los ojos.

- Decirle lo que sientes, irte a Málaga....mil cosas, coño. - movía las manos, sin parar. - Sois unas crías, siempre hacéis lo mismo, veis los problemas, y por el miedo, huís. - Touché.

- Menti...

- Me interrumpió. - Qué falsa. - bufó, y yo reía.

- Ya vale, es verdad. Pero así somos... - cambiaba el punto de mis ojos hacia el suelo.

- Pues lo cambiáis. Entiendo todo lo que sientes, pero ella puede sentir lo mismo, tú también estuviste como el culo; por su culpa...

- Ya, pero...

- Nada. Ella se abrió contigo y te contó que estaba cagada con todo esto, haz tú lo mismo; no eres ni peor ni mejor persona por ello. Ábrete.

- Joder, no es tan fácil como se dice. - mi mandíbula se tensaba por momentos, tenía rabia guardaba. - Saber que le has hecho mal a la persona que quieres, jode, y mucho.

- Pero hay que aprender a vivir con el pasado, no pensar en él todo el tiempo. Aquello fue una etapa en vuestras vidas, ya está. Move on. - Yo solamente asentía. Y es que tenía siempre las palabras correctas para cada momento.

- Titaaa... - gritó Dylan interrumpiendo.

- Ya se ha despertado mi capitán. - me levanté y le di un abrazo, mientras le daba vueltas.

- Qué me mareo... - reía en mi hombro.

- lo bajé y hizo como si se caía. - Dramático. - le hice cosquillas.

- ¿Y tita Vane? - se sentó encima de su padre.

- En málaga. - sonreí.

- Jo, yo le quería dar una cosa.

- ¿Qué cosa? Yo se lo puedo dar.

- sonrío. - Este dibujo. - me lo dio. - Estamos la tata Alma, tita Vane, tú y yo. - me decía señalándolo.

- ¡Qué bonito! - lo cogí y le besé la mejilla. - Pero, ¿por Qué a tita Vane, y a mi, no? - crucé los brazos, como enfadada.

- hacía como si pensaba. - Pues porque vivís en la misma casa. - decía súper seguro. Yo miraba a Alejandro y reía. - Y Enric es, ¿cuándo se lo vas a dar? - cambiaba de tema.

- Sí, eso, cuando se lo vas a dar... - interrumpía Alejandro, y me miraba.

- Pues no se, cuando regrese. - acariciaba su cara.

- Jo, para eso faltara mucho. - protestaba Dylan.

- Dile que se lo lleve a Málaga. - continuaba Ale, bajito, aunque pude escucharlo.

- Sí si si!!!porfis - daba saltitos.

- Sois insoportables.

- Chicos! Ya está la cena. - entraba Raquel a la terraza. Cogí a Alma de los brazos de su madre, y todos volvimos dentro para seguir compartiendo.

~~

Que pensáis, ¿nos vamos a Málaga?

Estos días se me va a ser súper difícil publicar. Espero poder dejar otro capítulo antes del parón temporal, pero no prometo nada.

Aprender a (sobre)vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora