Sábado 1 de octubre del 2017
El joven fue hasta donde se encontraba Izabela y la presentó con Jazmín. La reacción de Izabela fue de una visible turbación.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—¿Nos conocemos? —preguntó Jazmín.
—Pues claro, ¿no me recuerdas?
—No eres lo único que no recuerdo en estos momentos.
—¿Qué puedo hacer por ti?
—Ayúdame a regresar a mi casa.
—Tú no puedes regresar a tu casa de la forma tradicional, necesitas regresar como llegaste.
—¿A qué te refieres?
—No estás aquí más que en espíritu, estás ocupando el cuerpo de otra persona, en realidad estás dormida en México.
—Parece que sabes mucho de mí.
—Lo sé todo de ti, porque eres mi maestra.
—Es la primera vez que te veo en mi vida.
—En este sueño, dirás.
—No comprendo.
—Constantemente nos encontramos en el plano astral, a veces voy hasta tu ciudad utilizando el cuerpo de alguno de tus conocidos, pero nunca te he dicho nada para no asustarte.
—Y qué voy a hacer ahora que no tengo la menor idea como regresar.
—Lo único que debes hacer es despertar en México, no te preocupes, cuando despiertes aparecerás de nuevo en tu casa.
—Antes de retirarme tengo algunas dudas. ¿De quién era el cuerpo que has utilizado para comunicarte conmigo?
—Recuerdas a Lady Katrin, el de ella.
—Y se puede saber por qué dices que soy tu maestra.
—No lo recuerdas, porque estás en otro cuerpo, y no guardas las memorias. Nosotros nos hemos encontrado durante tu sueño muchas veces en el plano Astral. Solo que yo he borrado tus memorias para no desequilibrarte.
—Me podrías dar un ejemplo de los encuentros que hemos tenido.
—No te preguntaré si lo recuerdas porque sé la respuesta de antemano, pero te contaré un par de ellos.
—Está bien, escucho.
—Un día tuvimos una batalla con espadas, me ganaste, lastimaste mi hombro y tuvimos que detener el combate.
—Vaya, entonces no han sido encuentros agradables.
—Depende el punto de vista con que lo veas. En otra ocasión nos encontramos en una calle de la ciudad, solo dimos un paseo mientras iba tomando notas de algunos conocimientos que me estabas trasmitiendo.
—No me acuerdo de nada.
—Es natural. También te acompañé muchas tardes en el parque a la orilla de un lago que se encuentra en México.
—Ah sí, el lago de Xochimilco.
—Recuerdo unas pequeñas embarcaciones y esqueletos que llevaban a las personas de un lado al otro del lago.
—Son comunes en México.
—Estás recordando.
—No lo creo.
—Hay una manera de hacerte volver de inmediato, pero no creo que te guste.
—Cómo, no quiero esperar hasta el atardecer.
—Dándote una golpiza de muerte.
—Dejémoslo así.
—Tengo que regresar a trabajar, fue un gusto verte, puedes ir al parque y sentarte tranquilamente en una banca hasta que llegue el momento del despertar.
—Creo que voy a hacerte caso.
No fue necesario que Jazmín fuera hasta el parque, en ese momento despertó con un sobresalto. Estaba temblando de nuevo.
Salió de inmediato de la cama, desorientada, el desconcierto del viaje a Polonia se le pasó en un instante, sus sentidos se agudizaron para escapar de una posible tragedia. Al salir, se dio cuenta que su hermano estaba en el jardín como si nada hubiese pasado.
—Por qué no me has despertado. ¿Qué hubieras hecho si se me cae el techo encima?
—¿De qué estás hablando?
—¿No has sentido el temblor?
—No, estaba mirando las flores.
Jazmín vio un montón de latas de cervezas vacías a un lado de donde se encontraba su hermano.—Mejor luego platicamos —contestó enojada y salió a dar la vuelta para constatar que todo estuviera bien en el vecindario.
Después de pasar el susto del nuevo temblor, Jazmín se puso a trabajar con su jardín. Su hermano le peguntó si iría a ayudar a las personas atrapadas. Jazmín respondió que no sabía que podría hacer para ayudar, ya que estaba muy aturdida por lo del incendio y los temblores. En realidad lo que la tenía fuera de control era el viaje mental a Polonia.
Sin duda el viaje había sido difícil de digerir, pero conocer a Izabela fue como un shock, ahora, cada vez que viera a lady Katrin, no podría dejar de pensar en ella. ¿Cómo saber si estaba hablando con Katrin o con Izabela?
Permitió que su cabeza no fuera atormentada más por aquellas dudas, y continuó tomando cuidado de sus rosales.
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El jardín de Jazmín
CasualeLa historia de Jazmín, su jardín y los animalitos que le rodean.