028 Luis M, cuando sea el momento

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Jueves, 9 de noviembre del 2017

Uriel, Mamita, Luis, señora de la limpieza.

—¿Tienes el resumen contigo, Uriel? —preguntó Miguel.

—Lo tenía, pero terminó en la basura. No pude pasar de la primera página.

— ¿Estás loco? Hemos invertido demasiado tiempo y trabajo en ese proyecto.

— Miguel, el resumen no reúne las espectativas, es simplemente basura.

— Eso es lo que piensas tú, Uriel. ¿Porque no lo has traído para que nosotros pudiéramos ver con nuestros propios ojos.

—Mamita, leer una basura como esa nos habría hecho perder tiempo valioso.

—El tiempo valioso no los has hecho perder tú — Respondió Miguel, debería ir por él y traerlo aquí.

—¿Para qué quieren volver a recoger esa basura?

—Oye, tranquilo, Uriel, ¿a qué le llamas una basura?

— así es, lo que te dice Miguel.

—¿Y eso para qué? — respondió Uriel.

— Es una lástima que en dos o tres minutos hayas tirado a la basura el trabajo que Ricardo ha hecho en varias semanas.

— Luis, por favor. Eso no se puede llamar trabajo es un garabato.

—¿Qué entiendes por garabato? —respondió Luis.

— Estoy por retirarme, no me interesa continuar con esto. Pero no puedo hacer hasta que no haya alguien que me sustituya en el puesto.

—¿Por qué se te ha metido que tiene que ser Ricardo? Vamos, Luis, en este mundo hay millones de seres humanos, de seguro que por ahí debe de haber alguno mejor que él.

—Es posible, no tendríamos que comenzar desde principio, con Ricardo teníamos avanzado mucho. El año está por terminar y si buscamos otra persona tendremos que comenzar de nuevo desde el principio.

—Corrección, el trabajo estaba casi terminado — respondió Luis—ha sido Uriel el que lo ha tirado a la basura.

—¡Y SERÁ URIEL QUIEN LO SAQUE DEL BOTE DE BASURA! — vociferó.

— Uriel se puede saber en dónde está el bote de basura donde está el USB.

— En la oficina, en el bote que está junto a la computadora aún lado de la ventana.

—¿Todavía se encuentra ahí?— preguntó Mamita.

— Si no ha pasado el empleado de la limpieza, es seguro que lo encuentres.

— No se diga más, vamos por él.

— Mamita, no es necesario que vayamos todos. Luis es el indicado, es el más joven y rápido de todos.

— ¿Porque tengo que ser yo?

— Luis, no cuestiones  y ve inmediatamente antes de que lo vayan a tirar.

El chico salió corriendo y cruzo el pasillo hasta la oficina de Uriel, busco en cada uno de los botes de basura de la oficina sin encontrar el USB.

Lo raro porque la empleada todavía no levantaba la basura, ya que se encontraba aún lado de la cafetera sirviéndose un café.

— Disculpe, ¿ha visto de casualidad una memoria de USB por aquí?

—Sí joven, es el que está con toda la computadora pública.

—¿Por qué está conectado?

—¿Porque yo lo conecte, lo vi tirado en la basura y pensé que le podría servir a uno de mis niños?

—Necesitamos esa memoria, fue tiraba a la basura por error.

—Está conectada la computadora.

—¿Se puede saber qué es lo que tú haces con la computadora de la oficina cuando no te están viendo?

—Ay joven, me da mucha pena con usted. Sólo estaba revisando que no fuera algo importante. Nada más que me ha cachado en la movida y me levanté antes de poder ver qué contenido tenía la memoria.

— No se hable más, luego tratamos del asunto de la computadora, ahora necesito ese USB.

Luis verificó el USB que estaba buscando, lo desconectó de la computadora e inmediatamente llegó a la oficina.

—Lo tengo.

—Qué bueno que lo has encontrado. Puedes imprimir una copia para cada uno de nosotros —dijo Miguel.

—Un momento — contestó Uriel—, si imprime una copia para cada uno, serán más de mil. Yo no estoy aquí para para perder el tiempo así.

—Uriel, ya nos hiciste perder el tiempo suficiente. Hagamos lo que dice Miguel y pongamos manos a la obra.

El jardín de JazmínWhere stories live. Discover now