María José había perdido el rumbo de su vida en un momento, pues se dio cuenta de que había cosas que debía dejar atrás si realmente quería tomar en serio su futuro. También debía sacar de su vida a esas personas que, aunque estaban con ella y posiblemente pasaban buenos ratos de esparcimiento, no aportaban nada a su vida y sí le quitaban mucho tiempo. Fue difícil, pero logró alejarse de uno de los mayores consumidores de su tiempo, su pareja. Ahora que estaba soltera, debía pensar muy bien qué hacer con esas horas de vida que había ganado.
Ahora debía resistir la tentación de llenar sus horas de vacío con comida, televisión, alcohol o cualquier otro pasatiempo destructivo. Todos sabemos lo que más nos conviene, pero no lo hacemos por presión social o simple desidia. Era momento de enfrentarse consigo misma, tomar el toro por los cuernos y sentarse a meditar con él. Tenía que hacer un plan de vida, era necesario que escribiera el libro de su vida, que tomara a ese toro y no volver a soltarlo nunca. María José debía rodearse de personas que le ayudaran a cumplir esos objetivos, y alejarse de los que la estaban deteniendo. Pero, para cumplir un objetivo, primero debía tener muy claro que era lo que quería de la vida. Debía colocar en su habitación aquella frase que decía:
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Y todos los días hacerse la misma pregunta, teniendo muy en claro su objetivo a largo plazo, y cuando se dice largo plazo, no nos referimos a un año o a cinco. Sino, de por vida. Había ciertas áreas del conocimiento que toda mujer de negocios debía dominar, y era en lo qué María José debía centrar su atención, toda su fuerza y su tiempo. Un pensamiento globalizado, y una mente analítica era lo que debía desarrollar; aprender idiomas. De todos, el más importante era el inglés; pero no un inglés para leer la caja de cereal, sino, un inglés para poder hablar en un micrófono frente a un público, y ese inglés solo se podía desarrollar conviviendo con personas que hablan inglés y María José tuvo una idea, conseguir una pareja en los Estados Unidos e irse a vivir a este país durante algunos años. Era importante que en este periodo utilizara el tiempo en aquello que debía estudiar para conseguir su objetivo, por lo que no deseaba elegir mal a la pareja, y una de las características más importantes que debía tener es que no estuviese todo el día en la casa, que fuera un hombre con una profesión acorde a lo que ella deseaba para su vida y que tuviera una mente abierta para permitirle realizar sus estudios dentro de su propio espacio, sin robarle el tan precioso tiempo que antes había perdido. Debía recordar que su pareja sería su escuela de inglés, más que un novio. Por tal motivo, antes que un físico perfecto, debía buscar una mente perfecta, con un vocabulario amplio, un acento aceptable y que tuviera buenas costumbres, sobre todo en la forma de comunicarse. Quizá, un orador o un presentador serían perfectos para María José. Después vendría el periodo de aprender acerca de los negocios de lleno y el momento de volverse políglota. Los hijos no estaban en los planes de María José por el momento. Debía recuperar el tiempo y hacerlo de manera triunfal, si el destino la estaba empujando por ese camino, era por que ella tiene la fuerza y la voluntad, así como la capacidad, todo dependería de ella.