Más que amistad

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Cuando por fin Sesshomaru logro hacer una llamada, ordeno que fueran por ellos, luego se dirigió al hospital. Eran cerca de las cinco de la mañana cuando Rin fue internada con alta temperatura. Ella se negaba a que él la llevara a ese lugar, quería ir a ver a Nozomi, pero Sesshomaru la ignoro y la llevo.

No había llamado a Naraku hasta asegurarse de que ella estuviera bien. Aunque no le agradaba la idea de llamar al ojos carmín, sabía que si algo le pasara a Rin sería culpa de Naraku, por estar a cargo de la castaña.

Cuando colgó, una enfermera le aviso que ya estaba despierta y podía pasar a verla solo por cinco minutos. Pues apenas la fiebre había cedido. Camino a paso lento por donde la enfermera le indico, al llegar a la habitación la chica se fue dejándole solo para que entrara. 

Rin estaba sentada a media cama y mirando por la ventana, había recorrido un poco la cortina para ver el nuevo día, era una linda vista de todo el pueblo cubierto de nieve. Una de las ventajas de tener un seguro por trabajar con el señor Taisho era de que le dieron atención inmediata y una de las mejores habitaciones, aunque esto de la recámara no venía en el seguro, Sesshomaru se había encargado de que estuviera en una habitación sola, solo que ese detalle, ella no lo sabía.

Al escuchar la puerta abrirse giro lentamente encontrándose con la mirada de Sesshomaru sobre ella. La imagen del beso llego a su mente y decidió apartar disimuladamente la mirada.

—Ya estoy bien —dijo seria—. Ya que me dejen ir —pidió con un puchero.

—El medicó ha dicho que se quedara todo el día en observación, mañana por la mañana podrá irse a su casa —explico con seriedad.

—Ya quiero irme —resopló—. No he estado tanto tiempo alejada de Nozomi —confeso en voz baja.

—Ella estará bien —aseguro.

—Usted también enfermo —aseguro.

—No, yo estoy bien —mintió, sentía un poco de escalofríos y le dolía la cabeza. Pero lo que más lo delataba era que, cuando se resfriaba, la punta de su nariz se ponía roja, casi como Rodolfo el reno, solo que un poco más sutil. 

—Tenemos que hablar —cambio el tema volteando a verlo a los ojos. Él se acercó más a ella—. Lo que paso... —sus mejillas se sonrojaron y comenzó a apretar los labios en señal de nervios.

—No debió pasar —completo él y ella asintió. 

—Exactamente —suspiró—. Lo mejor será que tomemos distancia —bajo un poco la mirada. Lo había pensado justo antes de que él entrara.

—Entiendo.

—Sobre el trabajo... yo seguiré ayudándole en lo más que pueda, solamente que será por correo —él asintió, después de todo no confiaba en nadie más para que fuera su asistente.

La puerta se abrió interrumpiendo su platica. Se trataba de Naraku, quien al ver a Rin despierta corrió hacia ella y la abrazo con fuerza. Ella correspondió de la misma manera, Sesshomaru desvió la mirada, no le gustaba ver como se estaban abrazando. Aclaro la garganta para llamar su atención.

—Naraku, él es Sesshomaru, el hijo de mi jefe —explico Rin—. Sesshomaru él es Naraku... —guardo silencio unos segundos, no sabía que decirle sobre la relación que tenían.

—Su primo —completo el ojos carmín con una sonrisa, Rin le agradeció con la mirada y ellos actuaron como si fuera la primera vez que se vieran.

—Me retiro —dijo el peliplata serio, se despidió de Naraku con un movimiento de cabeza. 

Él y Rin solo cruzaron miradas y después salió dejándoles a solas, Naraku frunció ligeramente el ceño, volteó a ver a Rin.

—¿Ocurre algo? 

Someone else #CandyAwards #SDA2017 #PROMISEAWARS17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora