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El lunes comenzaba, Rin salía del edificio para dirigirse a la constructora. Se sentía extraña, se había acostumbrado en esas dos semanas en las que el peliplata iba por ella, y hoy no estaba. De seguro estaría descansando después de un par de semanas de arduo trabajo. Aunque no quisiera admitirlo, extrañaría su compañía. 

Al llegar saludó a sus compañeros y subió directo a su oficina. Cinco minutos después fue llamada por Inu-No para que se presentara en su oficina y así lo hizo.

—Buenos días, señor Taisho —saludó Rin, después de haber entrado. 

—Buenos días, Rin —saludó el amable—. Toma asiento por favor, tenemos algo de que hablar —dijo con seriedad, ella trago en seco, parecía que hablarían de algo malo.

—¿Q-qué ocurre? —pregunto nerviosa, tras sentarse en la silla frente a él.

—Me alegro que las cosas salieran bien durante estas dos semanas que no estuve —hablo con tranquilidad—. Sesshomaru piensa que eres una muy buena asistente, muy eficiente —ella se sonrojo ante aquellas palabras—. Y eso es muy bueno, ¿sabes por qué? —ella negó—. Porque ustedes dos seguirán trabajando juntos,

—¿Pe-perdón? —balbuceo y él la miro con gracia.

—El señor Kohaku y su esposa quieren que Sesshomaru siga con el proyecto de su casa y obviamente necesitara una asistente que le ayude a hacer los pedidos o para mantenerme al tanto de todo —Rin parpadeo varias veces, aún no se lo podía creer—. Se te pagaran horas extras, no tienes porque preocuparte...

—El dinero no es lo que me preocupa —susurró.

—¿Entonces?

—Es que... no tengo mucho tiempo libre —apretó los labios, eso era bueno para su economía, pero era malo para su convivencia con Nozomi, pues seguramente trabajarían los domingos y entre semana después de salir de la oficina, no vería mucho tiempo a la pequeña Nozomi.

—Tranquila —le sonrió comprensivo—. Sé lo de la niña —ella abrió los ojos a más no poder—. Ya sabes, aquí los chismes vuelan rápido.

—Cierto —rió nerviosa.

—Tú no debes de preocuparte por tu tiempo —se recargo en su silla—. Tu día de descanso seguirá siendo en mismo, la paga de la enfermera que cuida de tu hija correrá ahora por nuestra cuenta —dijo serio, aunque sería por la cuenta de Sesshomaru, pero este le pidió que no le dijera nada—. Saldrás un par de horas antes, y esas dos horas son las que trabajaras con Sesshomaru.

—Gracias —dijo Rin con una sonrisa, que respetaran sus tiempos la ponía muy feliz.

—No tienes nada de que agradecer —suspiró—. Bien y ahora, a trabajar.

—¿Desea un café antes de comenzar?

—Si no es mucha molestia —sabía que si se negaba de nada le serviría, pues ella se lo llevaría de todas formas. 

—Enseguida se lo traigo —de un salto se puso de pie y salió casi corriendo de la oficina.

Inu-No negó con media sonrisa, sin duda Rin era igual a su madre, alegre, energética entre otras cualidades que quizás ni la misma Rin sabía que poseía.  

~O~O~O~

La semana paso muy rápido, en esos días no vio a Sesshomaru ya que al parecer este tuvo que salir por algunos días. Rin terminaba de asear su departamento, ahora solo le faltaba terminar de lavar. Al ser domingo, aprovechaba para hacer limpieza. Nozomi estaba en la sala jugando con algunos peluches, Rin la iba a ver de vez en cuando para asegurarse de que estaba bien.

Someone else #CandyAwards #SDA2017 #PROMISEAWARS17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora