¿Celos?

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Las personas fueron regresando a sus trabajos y acostumbrándose a la rutina de nuevo y Rin no era la excepción. Se levanto con pereza de su cama, la cual sentía can cómoda y tibia, porque podía sentirse el frío a pesar de que el lugar contaba con calefacción. Se adentro en el baño sin hacer ruido para no despertar a Nozomi. Abrió la llave de la regadera y espero a que saliera el agua tibia, luego procedió a alistarse para el trabajo y a preparar el desayuno. 

Una vez que llego Momiji, se despidió de Nozomi la cual a penas despertaba. La niña le dio un fuerte abrazo y un tierno beso en la mejilla, según sabía se lo había pasado muy bien en casa de los Taisho, pues Kaede les había contado cuentos y les había dado leche caliente con galletas. 

Entro al ascensor dando un largo bostezo, se había quedado la noche anterior leyendo por lo que olvido que al siguiente día que volvería al trabajo. Al llegar a la primera planta saludó a las personas que caminaban por ahí, la mayoría iba a sus trabajos, mientras que algunos otros a la escuela y otros tantos a ser las compras semanales.

Al salir afuera respiró profundo, permitiendo que el helado aire llenara sus pulmones. Sonrió y miro al cielo, esperaba que ese año fuera mejor. Con esos pensamientos comenzó a caminar rumbo a la constructora, miraba atenta la nieve que estaba bajo sus pies, a ratos se detenía solo para mirar atrás y ver sus huellas.

—¡Buenos días, señor Taisho! —saludó animada cuando se encontró con Inu-No al subir el ascensor.

—Buenos días, Rin —dijo amable el mayor—. ¿Qué tal tus vacaciones? —pregunto cortes. Se habían visto la noche del jueves, cuando fue año nuevo. Por lo que no tuvieron tiempo de hablar, no cómo él quería. 

 —De maravilla —respondió con una sonrisa genuina, aunque había un poco de mentira en la respuesta. 

—Que bueno —le sonrió, las puertas se abrieron y le cedió el pase a ella—. Te veo en mi oficina en diez minutos —ordeno con seriedad.

—Sí —dijo ella antes de entrar a su oficina. 

Al estar adentro dio un largo suspiró, dejo su abrigo en el perchero que estaba tras la puerta. Luego dejo su bolso en su escritorio y salió en busca del café para el señor Taisho. Cuando pasaron ocho minutos fue directo a la oficina del señor Inu-No. Toco un par de veces.

—Adelante —se escucho detrás de la puerta. Rin giro la perilla y entro a la oficina. Él no pudo evitar sonreír al verla llegar con el café—. Toma asiento por favor —ella asintió, cerro la puerta tras ella y se acerco al escritorio.

—¿Ocurre algo malo? —pregunto en tono tranquilo, sabía que él se ponía muy serio cuando el horario de trabajo comenzaba, pero a veces era imposible saber si algo bueno o malo pasaba.

—No —aseguró—. En una hora es la primera reunión del año, Inuyasha no tarda en llegar, él te dará alguna información para que la agregues a las carpetas.

—Bien —asintió obediente. Al ver que guardo él silencio decidió levantarse para salir y preparar todo para la primera reunión.

—Hay algo más —ella volvió a tomar asiento—. En una semana tendré que hacer otro viaje...

—¿Quiere qué prepare todo? 

—Sí. Te quedaras como asistente de Sesshomaru —ella apretó ligeramente los labios—. ¿Pasa algo?

—No —sonrió.

—También Inuyasha estará a cargo, ayuda a ambos en lo más que puedas, por favor —ella asintió, no entendía del todo porque le pedía que les ayudara tanto, se suponía que ellos habían estudiado arquitectura y estaban al tanto de lo que pasaba en la constructora, ¿no?

Someone else #CandyAwards #SDA2017 #PROMISEAWARS17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora