Trato

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Rin había alcanzado a ver a Inuyasha cuando entro a la casa de su padre con algunos papeles, su curiosidad fue más grande y espero a que saliera para enfrentarlo por entrar en propiedad privada. Pero sus ojos se abrieron a más no poder al ver que Inuyasha salía de la casa, pero que no lo hacía solo, sino que Sesshomaru iba con él. Eso la hizo molestarse más ya que estaba segura que ese par traía algo entre manos ya que se estaban comportando muy sospechosamente, aunque debía de admitir que se llevaban mejor de lo que pensaba.

—¡Ey! —les grito al correr tras ellos.

Sesshomaru e Inuyasha se detuvieron al escuchar su voz. Giraron lentamente y Rin ya estaba allí con los brazos cruzados, el ceño fruncido, la mirada muy seria la cual estaba clavada en Sesshomaru.

—Rin —Inuyasha actuó con naturalidad.

—¿Qué hacían dentro de la casa? —Cuestiono sin apartar la mirada de Sesshomaru.

—No sé de que hablas —respondió Sesshomaru mirándola seriamente. 

Inuyasha retrocedió un paso, sentía que estaba de más entre ese par que parecía aniquilarse con la mirada, pero en cuanto intento retroceder para irse lentamente, Rin volteo a verlo.

—Creo que esta enojada —le susurró a Sesshomaru y Rin clavo más su mirada en él.

—Vete —dijo Sesshomaru mirando a Inuyasha de reojo—. Yo me haré cargo.

—Te espero en tu departamento —susurró y dio la vuelta para irse corriendo hacia su motocicleta la cual le había obsequiado su madre días después de su regreso.

Antes de irse dio un vistazo a Sesshomaru y Rin, quienes habían vuelto al duelo de miradas. Puso en marcha su motocicleta y se fue de allí. Sabía que Sesshomaru sabría manejar este asunto para que Rin no se viera involucrada con ellos o con su padre y hermana. 

—Te escucho —hablo Rin después de varios minutos de silencio.

Sesshomaru la observaba fijamente, era una chica diferente; rebelde, decidida. Nada que ver con la Rin tranquila y seria del trabajo o la "educada" cuando comían con Yura presente. ¿Cuantas etapas más tendría esa joven? Se preguntaba sin dejar de verla, aunque estaba vez sí estaba molesta, seguía viéndose algo tierna o al menos así la estaba viendo él.

La tomó de la muñeca y comenzó a guiarla a su auto, no podían estar frente o cerca de esa casa, Yura o Nagasaki podían salir en cualquier momento y eso seria algo arriesgado. Ella lo fulminó con la mirada, pero a él pareció no importarle. Una vez que le abrió la puerta del copiloto, ella se rehusaba a subir.

—Te lo diré, pero no aquí —hablo Sesshomaru secamente. 

Rin apretó los labios, resopló y subió al auto. Si no fuera porque esa parte curiosa de ella le exigía respuestas, no estaría dentro de ese vehículo, estaría camino a su departamento porque ya se le habían ido las ganas de ver y hablar con su padre. 

Sesshomaru se puso en marcha y luego de varios minutos llegaron al restaurante que habían visitado hace días. Ella lo miro con confusión, pero lo único que tuvo como respuesta fue su puerta abierta y una mano extendida para ayudarle a bajar. Acepto la mano del peliplata, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo y a Sesshomaru parecía que algo similar le había pasado, pues desvió la mirada de ella.

Rin bajo un poco la mirada para esconder el sonrojo que adornaba sus mejillas, soltó la mano del peliplata y dio unos pasos hacia adelante para que él cerrara la puerta. Sin decir nada se adentraron en el restaurante, fueron recibidos por unos de los meseros, Sesshomaru pidió una mesa en la tercera planta para así tener más privacidad.

Someone else #CandyAwards #SDA2017 #PROMISEAWARS17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora