A prueba

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Sesshomaru se llevo un par de golpes en el rostro y un disparo en el brazo izquierdo, pero eso lo detuvo y logró dejar inconsciente a sus contrincantes.

—Hay que irnos —haló suavemente a Kanna para salir de aquella habitación.

—Estas herido —susurró, mientras atravesaban la puerta.

—No es nada —dijo secamente mirando a su alrededor.

No había nadie en esa planta, las chicas que estaban con los clientes en las otras habitaciones ya habían salido. Llegaron a la parte VIP, donde vieron a algunos hombres muertos, Kanna tembló al ver a un par de chicas muertas también. Sesshomaru siguió caminando sin detenerse, llevaba a Kanna sujetada de la muñeca. Llegaron a las escaleras donde vieron a algunos oficiales que están por subir para ver si había alguien arriba. Un oficial escoltó a los peliplata hasta la salida.

El lugar estaba rodeado de patrullas, ambulancias y también algunos reporteros.
Llego hasta su auto donde Naraku estaba recargado con los brazos cruzados.

—Kagura —susurró Kanna con media sonrisa al ver que también había sido rescatada.

—Sube —ordenó Sesshomaru en voz suave. Luego miro a Naraku y le entrego las llaves del vehículo.

—¿Qué? —Naraku frunció el ceño.

—Váyanse, yo los alcanzo mas tarde —respondió con seriedad.

—¿A donde vas? —pregunto Kanna, quien estaba por subir al auto, cuando vio que su hermano le daba las llaves a Naraku.

—No veo que lleven a Mokotsu detenido —respondió secamente.

—De seguro huyo —digo Naraku al tomar las llaves, sabía que dijera lo dijera, Sesshomaru se quedaría.

—Lo más probable.

—Ven con nosotros —Kanna lo abrazo.

—No —le correspondió levemente el abrazo—. Lo mejor será que se vayan ahora.

—Sea lo que sea que estés planeando hacer, vayas solo —sugirió Naraku.

—Hump... —dejo de abrazar a Kanna.

Ella subió en la parte de atrás, acomodando la cabeza de Kagura sobre sus piernas. La ojos carmín abrió los ojos y sonrió levemente al ver a Kanna, luego los volvió a cerrar, mientras el auto se ponía en marcha.
Sesshomaru los vio alejarse y después, sin que nadie lo notara volvió a entrar al bar, se dirigió a la oficina de Mokotsu. Se tardo cinco minutos en llegar, pues ahora el lugar estaba lleno de policías y él ya no podía estar ahí dentro y si lo descubrían le pedirían que saliera.

Una vez que entro a la amplia oficina —donde no había nadie—, cerro la puerta con seguro y comenzó a inspeccionarla rápidamente el lugar

Encontró varios documentos que tenían los nombres de Yura y Kagome. Los tomó para llevarlos consigo, pero antes de salir de la oficina escucho ruidos del otro la pared, frunció el ceño y miró hacia todos lados, no había ninguna otra salida. Dejó las carpetas en el escritorio y se acercó a la pared que estaba detrás del escritorio, algo le resultaba muy sospechosa. Dio un par de golpes y se escuchaba hueco.

—Una puerta —susurró, al intentar abrirla. Logro hacerlo después de unos minutos.

Se adentro sin mirar atrás, podía escuchar el eco de los pasos en ese lugar. Caminó un par de metros y dio la vuelta a la izquierda, no había nadie, pero pudo ver algunos rastros de sangre. ¿Acaso Mokotsu estaba herido? Siguió derecho hasta llegar a unas escaleras que daban hacia abajo. Bajo lentamente tratando de hacer ruido, pues los escaleras de madera algo viejas que rechinaban. Camino por los largos que había en ese lugar subterráneo, era de esperarse que tuviera un escondite para poder salir en caso que llegara la policía. 

Someone else #CandyAwards #SDA2017 #PROMISEAWARS17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora