Cena de bienvenida

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Rin termino de guardar algunos peluches en una mochila que se encontró en su antiguo clóset, luego salió de la habitación, tenia el suficiente tiempo para ir a la clínica. Al salir de la recamara se encontró con su hermana y con Sesshomaru en el pasillo, ellos también se dirigían a las escaleras.

—Rin —hablo Yura parpadeando varias veces, aún estaba terminando de despertar—. ¿Llevas mucho aquí?

—Hola —saludó la castaña haciendo una reverencia—. Tengo diez minutos —respondió con simpleza—. No sabía que estaban aquí —tenía la vista puesta en su hermana. Ni ella ni Sesshomaru se miraban. 

—Dormíamos un poco —dijo Yura dando otro bostezo—. ¿Y eso? —señalo la mochila que colgaba del hombro de Rin.

—Son algunas cosas que regalare —sonrió—. Pienso remodelar mi antigua habitación. 

—Que bien —tomó la mano de Sesshomaru—. Si necesitas algo no dudes en avisarme.

—Lo tendré en cuenta —le sonrió.

Los tres caminaron en silencio hacia las escaleras. Yura y Rin hablaban sobre la nueva redecoración que la castaña quería para su habitación, Sesshomaru guardaba silencio y aunque no lo parecía estaba atento a las cosas que hablaban. La actitud de Yura lo hacía fruncir el ceño, pues ahora se mostraba  como una gran hermana, amable y dispuesta a ayudar a Rin en una cosa tan insignificante como era arreglar una recamara, luego recordaba la vez que comieron juntos, donde Yura se mostró indiferente con Rin, estaba a la defensiva.

Volvió a la realidad una vez que salieron de la casa y dejo de escuchar la platica de ambas, también habían guardado silencio. Pues Nagasaki estaba en frente de la casa, al verlos salir se sorprendió.

—Hijas —les sonrió—. Joven Sesshomaru —saludó con un movimiento de cabeza.

—Hola papá —saludaron ambas en unísono. Sesshomaru sólo movió la cabeza.

—Pensé que saldría de viaje —hablo Yura.

—Sí, pero será hasta en la noche —resopló—. Ya saben como son estas cosas de negocios.

Luego de hablar por unos minutos se despidieron. Rin se fue directo a una clínica, por suerte llevaba algunos cabellos de Nozomi. Una vez que pidió las pruebas de paternidad, la enfermera le dijo que podía pasar por los resultados al día siguiente.

—Gracias —dijo Rin antes de salir de la clínica. 

Luego paso al supermercado para comprar los víveres que le hacían falta y después pasaría toda la tarde con su pequeña.

~O~O~O~

—¿Nos veremos esta noche? —pregunto Yura en tono meloso. 

Nagasaki ya había entrado a la casa para dirigirse a su despacho, ellos dos se quedaron solos frente al auto del peliplata.

—Tengo una cena de negocios —explico secamente.

—Entiendo —susurró, mientras apretaba su puño izquierdo ya que no estaba a la vista de él.

Sabía que no tendría ninguna cena de negocios, sino era para celebrar que Inuyasha estaba libre. Ella no fue invitada y la verdad no le molestaba, para ella era mejor, estaba segura que Irasue, la madre de Sesshomaru estaría allí y no tenía ánimos para fingir la chica dulce que ellos creían que era.

—Te llamo luego —dijo el peliplata tras zafarse de su abrazo.

—Suerte en la cena —fingió una sonrisa.

Él solamente asintió y subió a su auto. Una vez que se puso en marcha fue hasta su departamento para ducharse. No había hablado con Naraku desde hace semanas, quizás no había ninguna pista aún, así que lo llamaría al día siguiente ya que tenía que confirmar que en efecto, aún no tenían una pista del paradero de Kagura y Kanna. 

Someone else #CandyAwards #SDA2017 #PROMISEAWARS17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora