Inocente

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Naraku estaba con la mirada puesta en Kikyo, quien estaba frente a él, pero no podía tocarla o acercarse. Al menos podía ver que no le hicieran más daño, Jankotsu estaba atendiendo los golpes que tenía, no sabía si lo estaba haciendo por órdenes de Yura o por otro motivo. 

—Ya te dije que no le haré nada —Yura llegó con él. Después de que volviera de matar a Sesshomaru, ella ordenó que ya no lo ataran, sólo que lo mantuvieran vigilado. Claro que si intentaba escapar o tomar un teléfono, Kikyo pagaría las consecuencias.

—¿Cuando la dejaras ir? —pregunto seriamente sin dejar de ver a Kikyo.

—Cuando me enfade de ti —respondió con mofa.

—Hump... —dio la vuelta para ver el lugar y disimuladamente ver las posibles salidas. Pero sería algo difícil ya que había un hombre de los que golpeó a Kikyo cerca de él. 

Naraku rodó los ojos y subió las escaleras del sótano. No intentaría nada por el momento, tendría que esperar a que Kikyo estuviera mejor para intentar huir, no podía arriesgarse en ese momento. Frunció el ceño al ver a Mokotsu entrar con un doctor —el hombre llevaba una bata blanca y un maletín de primeros auxilios—. Se acercó lentamente como observando la casa, se quedó de pie junto a la puerta sin que los que estaban adentro notaran su presencia, los hombres que vigilaran no dijeron nada ya que sólo tenían la orden de no dejarlo salir, mas no de impedir que escuchara tras la puerta, después de todo no saldría de ese lugar. 

Adentro estaba Kagome sentada sobre la cama, su expresión era molesta, tenía el brazo estirado mientras el médico le sacaba un par de muestras de sangre ya que Mokotsu quería saber si tenía alguna enfermedad.

—Te haré unas cuantas preguntas y quiero que respondas con la verdad —hablo el médico con total profesionalismo. Kagome asintió y Mokotsu se colocó en el fondo de la habitación, podía escuchar todo lo que hablarían—. ¿Cual es tu nombre? Y ¿Cuantos años tienes?

—Kagome Higurashi y tengo veintiséis años —respondió seria. 

—Bien —el hombre lo anotó en una libreta—. ¿Ha tenido relaciones sexuales recientemente? —ella asintió lentamente—. ¿Usa algún método anticonceptivo?

—No.

—¿Por qué? ¿No tiene miedo a quedar embarazada?

—No puedo tener hijos —apretó ligeramente los labios. 

—¿Puedo saber el motivo? —ella miró a Mokotsu de reojo, no le gustaba hablar de ello y menos con él escuchando.

—Eres de mi propiedad ahora, así que debo de estar enterado de todo —dijo Mokotsu con tranquilidad, mientras se cruzaba de brazos. 

—Nagasaki pago para que me operaran para no tener hijos —resopló—. Eso fue hace dos años.

—¿Se embarazo alguna vez?

—¿Son necesarias esas preguntas? —frunció el ceño.

—Sí, a partir de ahora yo me haré cargo de su salud, así que debo saber todo. 

—Bien —resopló—. Me he embarazado dos veces, la primera cuando tenía diecinueve años, pero lo perdí.

—¿Cómo?

—Nagasaki se enteró que no era de él —apretó los puños ligeramente—. Así que me golpeo hasta que causó el aborto —bajo un poco la mirada—. La segunda vez fue cuando tenía veintitrés, Nagasaki no se enteró ya que salía mucho de viaje, así que me fui del pueblo por un tiempo, cuando tuve a la bebé, Yura se deshizo de ella y a los pocos días Nagasaki hizo que me operaran y que verificarán que no tuvieran alguna enfermedad. 

Someone else #CandyAwards #SDA2017 #PROMISEAWARS17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora