Las palabras tienen vida propia / Taeyong y tú

UNA LAGRIMA #13

En mi vida había oído el llanto de un hombre, la verdad es que él no estaba dejando salir la voz, yo solo oía el final del llanto seguido de suspiros, también oía como sonaba su nariz y se quejaba sutilmente. Sus manos apegaban mi cuerpo al suyo, me sentía presa en sus brazos porque no dejaba de aprisionar mi espalda. Tenía miedo, estaba terrible si alguien nos encontraba así, pero más que todo se suponía que esto no sería así. Quería pelear con él para olvidarle pero estaba resultando al contrario. Su llanto no paraba y sonaba como si tuviese una pena inmensa pero estaba estoy segura que no era por lo que estuvo a punto de decirme, algo le había pasado y sé que como líder no le contaría sus problemas o sus falencias a sus miembros. Flexione mis brazos como pude y logré poner mi manos en su pecho, levemente intente empujarlo para alejarme un poco de él pero no daba resultado, solo logré que me apretará mas logrando que mi cuerpo estuviera completamente pegado al de él, podía sentir su corazón latir muy rápido.

          —Perdón, es... espera, aún no —sollozó Taeyong

          —¡Esto es peligroso, alguien nos puede ver!

          —Créeme que es lo que menos me importa, ¿podrías esperar un momento? —susurró

          —Bien, sólo si prometes contarme que te pasa —Taeyong no dijo ninguna palabra luego de eso. Preferí quedarme tranquila y esperaría hasta que dejase de llorar, supuse que no quería que lo viera así y era comprensible, los hombres tienen un orgullo muy grande.

Pasaron unos 3 minutos aproximadamente, si, los conté, no tenía en nada más que pensar. Taeyong tenia su espalda apoyada en la pared, sentí como había respirado hondo, después de eso quitó sus manos de mi espalda para ponerlas luego sobre mis hombros y así alejarme de él. Automáticamente miré sus ojos, estos estaban mirando al suelo, en sus largas y hermosas pestañas habían gotas de lagrimas en las puntas y gracias a las luces que habían en el techo estas brillaban, el chico lucía increíblemente indefenso y gracias a eso mis ganas increíbles de protegerlo surgieron. Fue tanto que si fuese su novia nunca dejaría que lo hicieran llorar de nuevo, no como hoy.

          —¿Ahora puedes hablar?

          —Perdón, por todo... a decir verdad, bebí algunos tragos antes de venir—confesó. Yo no sabía que decir, sabía que algo malo estaba pasando con él pero no me imaginé nunca que podría estar ebrio. Era realmente fantástico como la gente podía transformarse con un poco de alcohol. No podría definir cuanto pudo haber tomado pero no creo que haya sido mucho, el chico no olía en lo absoluto a alcohol —Te juro que nunca, jamás le diría eso a una mujer... no sé que paso —no sabía si creer en sus palabras—¡DI ALGO!, ¡GOLPÉAME SI ES NECESARIO! —gritó— Por... por favor

          —Yo solo quiero que me cuentes el porqué de tus lagrimas —susurré. El chico me miró sorprendido.

          —He estado practicando tanto para la nueva sub unidad de NCT que me siento tan agobiado de no poder ser un buen líder. Hace unos días se fue un miembro que llevaba tiempo de trainee en la empresa y ya no sé que pensar... me he sentido de tan mal humor que me enojo fácilmente si un miembro se equivoca en la práctica y... eso pasa —confesó

No tenía palabras, fue una confesión tan clara pero no pensé que se sinceraría con una desconocida como yo. Miré al piso intentando pensar en algo o en que decir para ayudar su agobio, cuando encontré la respuesta miré primeramente sus ojos los cuales estaban mirando el piso, cuando pestañeé vi una lagrima caer del ojo izquierdo de Taeyong. Como líder había estado agobiada muchas veces y nunca se lo he dicho a las miembros aunque ellas saben cuando me siento deprimida. Yo nunca he sido buena para la palabras así que solo tendí a poner mi pulgar en su lagrima para luego limpiarla de su rostro.