UNA INCÓGNITA #10

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Mis pensamientos sobre como reaccionaría Taeyong al verme al reunirnos todos me tenían en imaginaciones sin pausa y con los ojos abiertos aún. Cuando caí en cuenta, me sentí observada, miré hacia mi izquierda y me di cuenta que Violet era quien me estaba mirando fijamente.

 Obviamente me quería hacer un par de preguntas y no faltaría "¿de dónde obtuviste su número?", estaba segura.

          —¿No pondrás crema hidratante en tu cara?, ayer tampoco lo hiciste —dijo Violet.

          —¿Crema?, es cierto. Lo olvidé.

Siempre me había cuidado mucho la piel del rostro, ya que aquí en Corea y por ser Idol era importante hasta el más mínimo detalle. Nuestros maquillistas nos daban siempre muchos consejos y tip's para cuidarnos el rostro, sobre todo para que no apareciesen tan seguido espinillas que era el peor caso.

Con lo que había pasado en los últimos días en mi vida había olvidado por completo la crema, mis mascarillas, por poco y no pierdo la cabeza también.

Me levanté y me dirigí hacia el baño, deje la puerta abierta y me empecé a lavar el rostro.

          —¿Cómo se comunicó Jaehyun contigo? —punto para mí.

          —¿Me hablaste?

Por supuesto había oído muy bien pero necesitaba tiempo para pensar en una excusa o tal vez ya era momento de dejar de mentir. Eso era lo correcto porque si dejaba que eso siguiera avanzando no podría detenerme a tiempo. Yo sabía claramente que si le decía a Violet que me guardara el secreto, ella lo haría.

          —No digas nada, te responderé... espera un momento —Violet no dijo ninguna palabra.

Volví a la cama luego de haberme puesto la crema facial, respiré hondo y le comencé a contar desde un principio la historia ya que no quería dejar ningún detalle con Jaehyun fuera. No le comenté como me sentí cuando hablé con él, tampoco le iba a contar lo que había pasado después con Taeyong, solo le dije cuando nos conocimos.

          —¿Por qué no me lo contaste antes? —Violet no lucía molesta.

          —No lo sé.

          —¿Creías que me enojaría? Es al contrario, pienso que es genial —sonrío hermosamente.

          —¿Genial?, entonces... ¿Qué bien?—dije. No era la reacción que esperaba.

          —Tranquila, no te pediré su numero. Yo misma se lo pediré el viernes.

          —Que valiente es la enana del bosque —reí.

          —¡Hey no me digas así! Lo haré, es enserio —estaba sonrojada.

          —Te estaré apoyando, fighting —ambas nos comenzamos a reír.

Era verdad, ella debía pedirle el número y estaba segura que lo haría.

Luego de eso nos acomodamos y nos quedamos dormidas. Al otro día sonó la maldita alarma y nos levantamos, al igual que el día anterior nos fuimos a practicar todo el día. Llegando la noche nos veníamos a casa en la van y en el camino sonó mi teléfono.

Las palabras tienen vida propia / Taeyong y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora