El calor en mi cuerpo me llega hasta la cabeza y me hace marearme a cada rato. Tengo muchas sed y no puedo controlarme... ¿Que demonios me pasa?
Me acerco hacia una pareja y trato de hablarles pero ninguna palabra sale de mi boca...
— ¿Estas bien?—pregunta la chica preocupada. Trato de hablar pero es como si mi voz se hubiera perdido. No la encuentro.
—Déjala mi amor, esta muy ebria.—susurra su novio. La chica se voltea y sigue su camino.
Me acerco a la barra y me tomo un vodka, parpadeo varias veces tratando de mejorar mi visión, pero poco a poco todo se vuelve de colores y cambia constantemente. Camino hacia el baño agarrándome de la pared, unas manos me toman de la cintura y me fuerzan a entrar... No puedo moverme y tampoco puedo responder... soy como una muñeca. El tío me levanta y me sube al lavabo despojándose de su ropa... Comienzo a temblar y a tratar de hablar... Toma mi blusa y la quita dejando sus sucios besos sobre mi piel...
—De...ja...me—el tío suelta una carcajada y me propina un golpe en la mejía.
—Eres una putita que he deseado mucho tiempo...—
Las lágrimas caen por mis ojos y no puedo hacer nada...
El tipo sigue tocando todo mi cuerpo mientras en un momento comienzo a temblar y no puedo parar, una descarga de energía se coloca en todo mi cuerpo y trato de luchar contra ella, pero esta ganando...
—Sabía que era la única manera de tenerte...—no entiendo nada y trato de centrar mis pensamientos y mis actos.
Mi mente viaja de un recuerdo a otro, de una palabra a otra, de un pensamiento a otro, mi garganta esta seca y en un momento una arcada sube por toda mi garganta y camino hacia el lavabo a vomitar...
— ¡Eres una perra! ¡Acabas de ensuciarme!—el golpe cae seco sobre mis costillas y me arqueo en dolor. Las arcadas no paran y sigo temblando... El tipo me da un último golpe en el rostro y sale dejándome en el suelo cerca de el lavabo...
Trato de levantarme, pero fallo en el intento, lastimándome el rostro.
No encuentro mi teléfono y sigo luchando por levantarme y pedir ayuda. La energía en mi cuerpo no me deja quedarme tranquila y comienzo a moverme hacia delante y hacia atrás en un loco intento por tratar de volver a la normalidad.
La puerta se abre y de ella entra una chica con una camisa negra, tarareando una canción que no puedo distinguir.
—Ayu....da..—la chica no me escucha ni me nota, pero entonces otra arcada llega y no logro llegar al váter. La chica se acerca a mi y observa mi estado, sus labios se mueven pero mi mente no lo escucha y no lo registra.
Me duelen los ojos por tanto parpadear pero no puedo evitarlo...
Mis ojos se cierran y entonces siento paz y tranquilidad.
No tengo dolor.