Me encuentro rodando mis pulgares mientras observo a través de la ventana, como las hojas de los arboles van cayendo.
—Vas ha hechar raíces como sigas parada en el mismo lugar.—suelto una sonrisa y niego, sentándome frente a Fani.
—Quiero cambiar Fani. Ya no quiero ser esa chica loca y estúpida...—Fani me toma de las manos y me observa fijamente.
— ¿Estas ebria?—suelto una carcajada y niego.
— ¡Claro que no! Aunque te parezca raro, ayer Amelia me confronto, y en cierta manera, me hizo ver las cosas de otro punto de vista...—
— ¡Me alegra tanto! Estoy muy orgullosa de ti, además, si quieres cambiar, puedes unirte a mi con la administracion de los hoteles, nos falta personal.—asiento sonriente, mientras me levanto y camino junto a ella hacia la sala de estar...
¡OH DIOS MIO!
—Creo que alguien ha extrañado esa vena combativa tuya...—asiento sin palabras y observo todo mi alrededor.
¿Que demonios?
Toda la casa esta completamente llena de flores de todos los tipos, en todos lados.
—Creo que deberías de intentarlo.—susurra Fani a mi oído. Me acerco a un ramo de rosas enorme ubicadas en el centro, tomando el papel en blanco sobre ellas.
Déjame entrar.
No solo en tu corazón.
En tu mente.
En tu cuerpo.
En tu espíritu.
Quiero todo de ti...
Sonrió colocando la tarjeta sobre mi pecho, mientras subo a mi habitación a tomar mis cosas.
— ¿A donde vas?—sonrió picaramente y Fani se carcajea sabiendo lo que haré.
Tomo el auto y manejo hasta la casa de Daario. No entiendo que me esta pasando, pero algo en mi interior esta cambiando. Justo cuando voy a cambiarme de carril un auto comienza a meterse en mi camino. ¿Que demonios? El auto no frena y cuando me cambio, el lo hace conmigo.
El auto comienza a correr y trata de impactarme varias veces. ¡De acuerdo! ¡Esto no esta bien!
Tomo mi teléfono marcando rapidamente el número de Daario, mientras trato de alejarme del carro todo lo que puedo.
— Nena, lamento lo que pas...—
—Corta la mierda Daario, estoy siendo perseguida por un auto, trata de impactarme.—comento asustada.
— ¿Que demonios? ¿Estas bien?
— ¡Las preguntas después Daario! El auto me esta siguiendo como un demonio...—
—Mantente en línea nena. ¿Que tipo de auto es?—
—Es una Minivan. Se esta acercando a mi.—
—No te preocupes nena, estoy cerca de ti.—
— ¿Como sabes donde estoy?—comento mientras me meto en medio de dos vehículos, dejando en desventaja a la Minivan.
—Quédate en medio nena, los chicos van por el conductor.—asiento como si me estuviera observando mientras sigo manejando, el auto pasa a mi lado y se pega hacia mi, raspandome un poco la puerta. ¡Joder! me separo un poco más y los chicos comienzan a impactarlo por detrás, el conductor desiste de su intento y acelera.
—Nena debes parar...—la voz de Daario me vuelve a la vida y al instante freno de inmediato. Haciendo que frene tras de mi derrapando el auto al instante. No puedo moverme y mucho menos hablar. Mis manos tiemblan y mi cuerpo no responde.
La puerta es abierta y Daario me toma en sus brazos, estoy completamente ida, que no entiendo en que momento las lágrimas comenzaron a salir de mi como una enorme fuente.
—Tranquila nena. Estas bien. Te tengo.—