Los rayos del sol atraviesan el cristal y pega justo a mis pies. Me levanto un poco desorientada, y me acerco hacia el cristal observando el amanecer...
Volteo hacia atrás y observo a Daario completamente dormido. Es tan hermoso que me quita el aliento.
Me coloco una pijama y bajo hacia la cocina para preparar algo.
—Pero mira quien despertó finalmente.—Luca sonríe picaramente y mi sonrojo se expande por todo mi rostro.
—Cállense locos.—grito desde la cocina apenada. Tomo un poco de miel y un poco de fruta junto a un par de waffles, sirvo jugo de naranja en dos vasos y lo coloco en la bandeja.
—Tiene un sueño muy pesado ¿no?—ruedo los ojos y subo las gradas dejando las risas y los silbidos de mis hermanos.
Abro la puerta y me encuentro únicamente las sabanas vacías, dejo la bandeja sobre la cama y camino hacia el sanitario. Unas manos me cojen por detrás y suelto un enorme grito seguido de mi potente risa...
—Estas hermosa nena.—beso sus labios y lo guio hacia la cama.
—Tu también nene.—comenzamos a tocarnos y besarnos cayendo en la cama, dejando un completo desastre nuestro desayuno.
— ¿No piensas desayunar?—susurro besando su cuello y su torzo.
—Claro que si nena. Tu eres mi comida.—y me encanta serlo...
Al instante todos los recuerdos se acumulan en mi cabeza y vuelvo a la realidad.
Me encontró.
Esta vivo...
—Daario... Daario. Para.—se separa de mi y me observa al instante.
—Tengo que salir ¿de acuerdo?—tomo mis cosas y corro fuera de la habitación, los pasos de Daario se escuchan por toda la casa, bajo hacia la sala de estar y tomo las llaves del auto saliendo como alma que lleva el diablo. Los presentes tratan de seguirme pero me adelanto y los veo por el retrovisor con una cara de no entender absolutamente nada.
Manejo durante varios minutos y entonces me decido a entrar...
— ¿Que te trae por acá reina?—
—Christian Lovert....Necesito tu ayuda.—comento seriamente.
—Un placer ayudar a la Élite Italiana.—ambos reímos y lo abrazo fuerte.
—Como te he extrañado *amor.—Chris me abraza fuertemente y me siento junto a él sonriendo.
—Yo también reina. ¿Como has estado?—asiento observando su enorme mansión, a un costado de la casa antigua de nuestros padres.
—Volvió...—Chris enarca las cejas y mueve la cabeza no entendiendo nada.
—Lamento decirte reina, pero no te entiendo nada.—
—Bruce.—suelto en un susurro.
— ¿Como demonios?—ruge caminando de un lado a otro.
—Ayer me llamo y todo volvió, tengo miedo.—
—Lo resolveremos ¿de acuerdo? Como siempre...—
Me abrazo a su cuerpo como aquella niña pequeña indefensa que encontró completamente rota.
Flashback
—No otra vez... Por favor...—Bruce se acerca hacia mi, y me tira -esta vez- al suelo, cerca del jardín de su casa.
—Relájate princesa, vas a sentirte bien después de que termine.—muerdo mi labios aguantando cualquier insulto que quiera salir y quedando a su merced. Quita mi ropa interior y mete su sucio miembro dentro de mi, al instante comienza a moverse y a gritar como un loco.
— ¿Puedes sentirme dentro princesa?—asiento en silencio entre lágrimas y sollozos... — ¡Dilo!—grita pegándome en la mejía.
—Si.—grito contundente.
—Así me gusta puta. ¿Te gusta que te la meta verdad?—el nuevo golpe en mi rostro me acerca a una piedra y me lastima muy fuerte. No puedo abrir los ojos y me quedo dormida.
— ¿Como te encuentras?—el movimiento sobre mi cuerpo me despierta de inmediato y me pego hacia la roca asustada y un poco desorientada. Un chico frente a mi de pelo cobrizo me observa con preocupación y asustado.
—No te haré daño. Ponte esto..—me entrega una sábana y entonces observo mi cuerpo... Estoy desnuda. La tomo y me tapo rápidamente.
—Gra...Gracias.—
— ¿Puedo preguntar por que no lo has denunciado?—abro los ojos y tapo su boca, llevando mi dedo hacia mis labios.
— ¡Shhh! ¡No lo vuelvas a mencionar! ¿De acuerdo? Estoy bien y lo soportaré. No puedo hacerlo... Simplemente no puedo hacerlo.—El chico me abraza y acaricia mi cabello en un baile muy lento y tranquilizador.
—Me llamo Christian Lovert. ¿Como te llamas?—
—Vita Muso. ¿Eres el chico de la casa siguiente verdad?—asiente con una sonrisa, mientras me ayuda a levantarme.— ¿Estas herida?—pregunta asustado observando las machas de sangre sobre la sábana. Niego y comienzo a buscar una herida visible por mi cuerpo pero no hay ninguna... La mano de Christian baja hasta mi sexo y lo acaricia sacándolo al instante y observando su mano, completamente manchada de sangre...
Comienzo a llorar y este me silencia abrazándome y llevándome hacia su casa.
—Estarás bien ¿de acuerdo? Saldremos de esta...—
Fin del Flashback
*Juego de palabras, puesto que su apellido es Lovert, sin embargo quitando la "rt," es Love.