Capítulo 17

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— ¿Por que tienen que venir tantos conmigo?—

—Porque estás en peligro. ¿Acaso no lo entiendes?—ruedo los ojos y suelto un suspiro de resignación. Los chicos no me han dejado salir durante una semana y creo que voy a morir. Daario ha estado llamando y he hablado con él, no la verdad obviamente, no quiero involucrarlo.

— ¡De acuerdo! Está bien. Pero prométeme que me darás mi espacio.—

— ¡Hija! ¿Como has estado?

—No soy su hija y no me llamen así. Y dejen de preguntar, no les importe durante 14 años, mágicamente ¿ahora si?— Amelia y André me observan con pena, mientras que Gian lo hace con molestia.

— ¿ A donde irás?—pregunta Gian curioso. Me pego a su cuerpo abrazándolo fuerte y susurrando en su oído con una enorme sonrisa.

—Apuesto a que ya te lo dirán—le guiño y salgo de la habitación subiendo a la SUV dirigiéndome a casa de Daario. El chico está desquiciado.

Camino por toda la entrada siendo recibida por Clarissa mientras ambas platicamos sobre los últimos acontecimientos. 

— ¡Bella!—Daario me toma en sus brazos y comienza a dar vueltas por toda la casa conmigo. Comienzo a reír como una loca y beso sus labios apasionadamente.

— ¿Cómo estas friki?—pregunto picaramente.

—Loco sin ti, nena.—

—Te has ganado una cena.—camino hacia su cocina, buscando en la refrigeradora algo que puedo preparar, por que no es por nada, pero no he desayunado y tampoco almorzado...

— ¿Que ha pasado en el IMPO?—pregunta curioso

—Mi hermano se volvió un poco loco... Todo esta bien.—

— ¿Fue por mi?—

— ¡Claro que no! Todo esta bien, enserio.—

—Podría hablar con él.—

— ¡Para! Creo que tu tren se acaba de pasar... ¿Hablar con mi hermano? ¡Claro que no!—

— ¿Por que no?—

—Por que no.—

— ¿Por que te cierras?—

—No me cierro, simplemente, esto no es por ti. ¿De acuerdo?—

— ¿Por que no soy importante? ¿Acaso es por eso que no debo de hablar con tu hermano?—

— ¿Puedes parar tu interrogatorio? No tenemos nada oficial Daario. Te conocí cuando me ayudaste y te lo agradezco, de verdad, pero no puedes pretender que esto sea más de lo que no va a llegar a hacer. De hecho...—dejo el cuchillo a un lado y me volteo frente a él, soltando un suspiro y enredando mis dedos con mi blusa. —Creo que esto debe de parar... No me malentiendas, pero, se esta saliendo de nuestro control...—

— ¿Saliendo de nuestro control? ¿Por que? ¿Por que realmente tenemos algo? ¿Porque cuando estas conmigo sientes lo mismo que yo? Esto no es solo sexo, ni querer compañía del otro... Esta más allá de nuestro control.—en un momento me encuentro pegada al mueble con sus manos pegadas a mi cintura sin dejarme salir. 

—No sé lo que sientas tú Daario, pero si se lo que siento yo. Y no es lo mismo.—me separo de su agarre y corro hacia fuera, subiendo al auto. 

Entro a casa subiendo a mi habitación como un vendaval, dejándome caer en la cama y soltando varias lágrimas. 

— ¿Que pasa?—los brazos de Fani me envuelven en un enorme abrazo y mis lágrimas estallan aún más.

—He discutido con Daario y termino.—limpio mis lagrimas y dibujo una enorme sonrisa en mi rostro. —En fin, ya paso, no importa.—

—No siempre tienes que ser fuerte Vita.—

—Al contrario Fani, toda mi vida he sido fuerte.—camino hacia el sanitario y entro en la ducha dejándome caer por la pared hasta el suelo. No me importa dejarme la ropa puesta, estoy harta de mi vida, ¿Por que simplemente no puedo olvidarlo?

Salgo de la ducha y me observo frente al espejo repitiéndome el mismo mantra una y otra vez en mi cabeza.

Me coloco unos jeans claros junto a un sudadero color durazno junto a unos tenis y bajo a la cocina, abro el frigorífico y saco un bote de helado llevándolo hacia la sala de estar. 

—Pensé que no habías venido.—ruedo los ojos y regreso mis pasos cuando soy frenada al instante.

— ¿Podría hablar contigo un minuto?—suelto un suspiro y elevo los hombros en señal de resignación.

—Tienes 59 segundos...—me siento en el sofá mientras ingiero un enorme bocado de helado de chocolate para calmar mi depresión  mi ansia por estar con Daario. 

—No puedo eliminar tu dolor y todo lo que has vivido princesa, pero quiero que sepas que todo lo que André y yo hemos hecho, ha sido por ustedes. Lo sabrás cuando llegue el momento. Lo que debo decirte aunque no quieras escucharlo, es que has estado muy metida en tu mundo, y no miras, el dolor que le causas a otras personas, eres inteligente, y sé que sabrás salir de esta. Dentro de ti, hay tanto para dar, pero cada vez que miras que algo va a salir, te cierras y te hechas llave. Eres mucho mejor de lo que la mayoría piensa. Ten fe en ti misma. Porque todos ya la tenemos en ti.—me quedo estática observando a Amelia, mientras se levanta del sofá brindándome una sonrisa parecida a la de mi madre, y se marcha, besando mi frente.

Trago fuerte mientras trato de contener varias lágrimas.

Dark SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora