Llevo dos semanas sin ver a Daario y me he dado cuenta que es lo mejor, la noche en su casa con sus amigos fue genial, pero me di cuenta que me estaba permitiendo querer y yo no soy así. No puedo ser así.
— ¿En que piensas princesa?—mis recuerdos mueren y volteo hacia el frente. André me observa con una enorme sonrisa tratando de entender lo que hago.
—Te he dicho que no me llames de esa manera. No quiero tu amor, no quiero tu compasión, no quiero nada que venga de ti. ¿de acuerdo? Así que puedes irte buscando otra asistente por que no pienso seguir haciendo esta mierda.—
Camino hacia fuera corriendo todo lo que puedo, las personas me observan y tras de mi, corre Jake y Luis tratando de alcanzarme, me subo al auto y corro a toda marcha esquivando a los autos a mi paso.
Estoy harta de esta vida.
Mi vida.
En un momento a otro me encuentro frente a la tumba de mis padres llorando incontrolablemente y tratando de olvidar todos los recuerdos.
— ¿Por que lo hicieron? ¿Por que me dejaron? Yo...yo no puedo seguir...—caigo de rodillas lastimándome fuertemente, no me importa, solo quiero olvidar...
Tomo la pastilla rosada de mi cartera y la observo unos minutos, la guió hasta mi boca y en un momento desaparece.
—No lo hagas Bella.—me tiro a sus brazos y al instante me siento vulnerable y desarmada. No puedo seguir...
—Me estoy consumiendo Daario y no puedo parar...—
—Tranquila Bella, estoy aquí...— Pero por ¿cuánto tiempo?...
Me toma entre sus brazos y camina conmigo hacia un auto que no distingo por mi rostro lloroso, me sienta a horcajadas sobre él y dejo caer mi rostro en su hombro.
—A casa, Peter.—
El trayecto a casa es un poco largo, observo los arboles alrededor y puedo ver que es un lugar alejado, curiosamente no había notado eso el día que salí, supongo que por que íbamos discutiendo en todo el camino.
Me lleva a su habitación y entonces caigo en cuenta... No me había recordado pero el entrar a su casa trajo todo los recuerdos de vuelta.
— ¿Por que tienes equipo médico en tu casa?—
—Siempre es necesario.—
— ¿Me estas jodiendo? Claro que no es necesario. No es como que fueras al centro comercial y vieras una camilla, y dijeras, ¡Mira esa camilla! la necesito para mi sala de estar....—
—No es el momento Bella.—
—Claro.—no lo dejaré así, tengo que investigarlo. Bajo hacia la primera planta y comienzo a observar la casa, es muy grande y me encanta que tenga tanta ventilación y luz.
—Buenos días, señorita Muso. ¿Desea algo de tomar?—la chica es la misma que estuvo junto a mi, trayendo mi comida. La abrazo y esta me sonríe.
—Creo que estoy en desventaja. Tu sabes mi nombre pero yo no sé el tuyo. —
—Me llamo Clarissa.—la tomo en un abrazo y me separo de ella.
—Es muy grande esta casa.—susurro observando el jardín.
—Muchas veces nos podemos perder si no sabemos hacia donde vamos, por suerte una parte de la casa esta cerrada para nuestro uso, únicamente el señor Ivashkov tiene acceso.—estoy a punto de averiguar más sobre el asunto, pero mi teléfono me interrumpe y lo tomo disculpándome con Clarissa.
— ¿Hola?—
— ¿Que diablos pasa contigo?—ruedo los ojos y suelto un suspiro.
—Realmente te amo Gian, pero no puedo trabajar bajo la custodia de André. Trabajare en otra división pero no con él.—mientras escucho su discurso camino hacia el jardín y observo la casa mas detenidamente. —Trabajaras con Kassius.—
—¡De acuerdo! Te amo y lo sabes. Tengo que irme.—cuelgo y vuelvo a entrar a la casa caminando de un lado a otro. ¡Joder! me siento como si estuviera enjaulada.
Me siento en el sofá rodando mis pulgares y tarareando una canción. Me siento como un vegetal...
— ¿Que haces Bella?—
—Nada productivo... ¿Quieres que haga algo?—
—Muchas cosas...—susurra contra mis labios...
Tengo que ocuparme en algo. ¿No?