Capítulo 6

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— ¿En tu casa?—pregunto espantada.

—Tengo el equipo médico necesario...—asiento y observo a mi alrededor nuevamente. 

—De igual manera, muchas gracias.—

— ¿Quieres más comida?—asiento en silencio apenada y este toma su teléfono, dando indicaciones mientras lo observo fijamente. 

—Me llamo Vita, por cierto.—se levanta del asiento y se acerca a mi, sentándose a los pies de mi cama. Su mano toca la mía y sonreímos al mismos tiempo.

—Daario, un placer conocerte.—

—Juro que pagaré lo que estas haciendo por mi.—

—No tienes por que, la ayuda me apeteció brindártela sin pedir algo a cambio.—

—Y lo agradezco, pero como alguna vez leí: "Para el hombre honrado, las deudas son una amarga esclavitud".—Su boca se abre, pero al instante entra una chica con una nueva bandeja de comida, quita la antigua y me coloca la nueva. 

— ¿Podrías llevarme al sanitario?—asiente en silencio y se acerca hacia mi, llevándome en sus brazos. 

— ¿Por que no tengo ropa?—

—Por que la tenías sucia, ademas, estas más cómoda de esta forma. Nadie va a juzgarte.—

—Pero no puedo estar asi, como en la época de las cavernas...—

—Estas a salvo, relájate. Cuando terminas me avisas.—asiento y me levanto la bata para hacer mis necesidades, observo el baño y veo que tras la ducha, se encuentra una puerta.

— ¿Puedo tomar una ducha?—

—Claro que sí, tienes todo lo que necesitas.—señala a su alrededor, asiento y me levanto dirigiéndome a cerrar la puerta, se quita de ella con delicadeza y la cierra, dejándonos a los dos dentro. 

—Creo que no entendiste...—susurro un poco tímida. 

— ¿Que cosa?—pregunta recostado en la puerta.

—Que tomaré una ducha. No puedo bañarme contigo dentro...—comento obviando la situación. 

—Tomaremos una juntos...—sus manos viajan hasta el final de su camisa y la quita en un movimiento, siguiendo con su cinturón, sus zapatos son tirados al suelo, mientras me quedo observándolo asustada. 

— ¡De ninguna manera!—camino fuera de su angulo y abro la puerta, sus manos viajan a mi cintura y me pega a su cuerpo, ahora desnudo. 

¡Madre mía!

— ¿Acaso tienes miedo Katze? Recuerdo que con el chico del privado no lo tenías...—levanto mi vista y lo observo con furia contenida.

— ¿De eso se trata? ¿Quieres acostarte conmigo? Debí saberlo antes.—tomo mi bata y la subo por mi hombros quedando completamente desnuda frente a él, me toma de la mano y entramos a la ducha. Me acerco hacía él y lo pego a la pared, beso sus labios salvajemente, mientras tomo su miembro en mis dedos. Lo acaricio de arriba hacia abajo y entonces, me arrodillo ante él, llevando mis labios hacia la punta. 

En un momento soy catapultada hacia arriba, quedando mis brazos contra la pared. 

—No quiero sexo. Vamos a bañarnos.—

—Eres un imbécil.—susurro furiosa. Me siento completamente humillada y lo odio. 

Mi furia se muere cuando su mano impacta contra mis muslos, dejándome completamente ida. 

— ¿Que demonios haces?—sus manos toman las mías aprisionándolas detrás de mi espalda, impactando de nuevo su mano con mis muslos. Trato de safarme pero su cuerpo me tiene acorralada y no puedo salir.

—Aprenderás a respetar, katze.—

 ¿Acaso sigo bajo los efectos de la droga? 

Dark SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora