— ¿En que pensaste cuando estábamos juntos?—el sonrojo en mis mejías me hace darle la espalda fingiendo arreglar mi blusa.
—Varios recuerdos.—susurro mas para mi, que para él.
— ¿Por que no me lo dices?—volteo mi rostro y niego asustada.
—Todavía no ¿de acuerdo?—niega en silencio y beso sus labios haciéndolo olvidar la conversación.
Mi teléfono comienza a sonar y lo cojo corriendo hacia el escritorio.
— ¿Hola?—la línea vuelve a estar muerta y no escucho más que la respiración.
Cuelgo y ruedo los ojos, observo como Daario sigue abrochándose la camisa y volviendo a la normalidad después de habernos divertido un rato. Muerdo mi labio y suelto una sonrisa divertida, vuelve a ser el señor de todo.
— ¿Que es tan divertido nena?—suspira acercándose a mi.
—Tú—susurro contra sus labios.
— ¿Yo?—pregunta asombrado.
—Eres encantador volviendo a ser el señor controlo todo.—suelta una carcajada y me toma de la cintura subiéndome al escritorio y metiéndose entre mis piernas.
—Me encantaría ser tu señor controlo todo.—
—No lo llegarás a ser.—volvemos a besarnos y la puerta de repente se abre, trato de separarme, pero este me sujeta por la cintura y me deja en el mismo lugar.
— ¿Que demonios esta pasando aquí?—gruñe Luca.
—Luca, te presento a mi novio, Daario.— ¿En que demonios estoy pensando? ¿El sexo me ha dejado estúpida?
—Mucho gusto Luca Astori. Me llamo Daario Ivashkov.—Daario lleva su mano frente a Luca y ambos se toman en modo de saludo.
—Lamento lo que acabas de ver.—
—No quiero que te pases con mi hermana ¿de acuerdo?—gruñe Kassius detrás de Luca.
¡Dios! ¿Acaso toda mi loca familia va a venir a presenciar este momento vergonzoso?
— ¿Por que estas sonrojada?—gruñe Gian.
— ¿Que pasa?—comenta Fani mientras entra y nos observa a Daario y a mi sobre el escritorio.
—Lamento lo que están viendo, simplemente Vita me vuelve loco.—llevo mis manos hacia mi rostro y me escondo en el pecho de Daario.
¡Que horror!
—Pues espero que controles tu locura y dejes de retozar con mi hermana, frente a nuestra presencia.—comenta molesto Luca.
—Quiero que sepan que mis intenciones con Vita, son muy sinceras y reales.—no puedo permitir esto.
En un momento de descuido me safo del agarre de Daario y me paro frente a ellos con mi rostro en llamas por la vergüenza de haber sido pillada en un momento post-orgasmo.
—Daario y yo somos novios ¿de acuerdo? El quería hablar mucho antes con ustedes pero yo... -¿que mentira me invento?- no... yo no sabia si ustedes lo iban a permitir. Por favor chicos...—susurro con mi rostro de gatito tierno.
— ¡De acuerdo chico! En definitiva tenemos que entender que ya no eres una niña.—comenta Gian en señal de rendición.
—Pero siempre estaremos cuidándote ¿de acuerdo?—asiento y abrazo a todos mis hermanos, sonriendo de alegría pura.
—Bienvenido a la familia chico.—Los chicos lo toman en un abrazo y comienzan a hacer bromas entre ellos, mientras me quedo junto a Fani, que me observa picaramente.
—No me volveré a sentar en ese sofá, nunca en mi vida.—susurra en mi oído.
—Lo acabamos de inaugurar.—comento sonriente. Fani abre la boca y comienza a reír incontrolablemente. Los chicos se acercan al sofá y se sientan riendo por algo que hizo Luca y cuando ambas lo observamos nuestra risa se suelta en libertad.
Los chicos nos observan y salgo de la oficina sin parar de reírme con Fani.
— ¿Así que novios?—
—Fue el impulso, Luca nos encontró y me puse nerviosa, asi que dije que era mi novio. Sin embargo... No me siento mal ¿sabes? No era como el cosquilleo que tenía cuando conocía a un chico y querían algo más.. Con Daario... es... diferente. Y esta bien.—
—Me alegra por ti hermana. Siempre supe que encontrarías tu camino.—
El abrazo de Fani me reconforta y me hace sentir amada.