Capítulo 20 "Resiste"

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N/A: denle play a la canción, para el comienzo es esencial y para el final es obligación escucharla, así tendrá más sentido mis amoresssss

  ✴✴✴  

- Vas a matarnos.

 La voz hizo eco en mi cabeza, para apagarse poco a poco.

- No quedará ni uno.

 Repitió, y se apagó lentamente.

- Vas a acabarnos.

 La oscuridad dibujó un rostro entre las sombras. Dos cuencas vacías hicieron que me estremeciera.

 Dos labios finos se abrieron, revelando un agujero sin final en aquella garganta de humo oscuro.

- Vas a matarnos a todos.

  Y, de repente, mis mejillas estaban húmedas, cubiertas en lágrimas saladas. Mis ojos acuosos se nublaron,  distorsionando la uniforme oscuridad.

 Blanco. Gris. Negro.

 Tonalidades neutras. Mezcladas entre sí en una sola habitación, aburrida, silenciosa y desordenada.

 Muebles rotos y maderas astillosas desparramadas en el suelo. Libros cuyas hojas arrancadas caen como hojas de árboles, compitiendo por llegar a la comodidad del suelo.

 Fuego.

 Llamas grises alzándose entre el paisaje monótomo. Chispas saltan, intentando alcanzar los papeles espolvoreados en el aire. Y, entre el desparramo de llamas y maderas, el llanto de un bebé corta el aire.

 Un sentimiento extraño se encaja en mi pecho y mis pies desnudos se mueven por el suelo.

 El calor de las llamas roza mis piernas desnudas, pero no logra frenar mi carrera.

 El llanto se intensifica.

 Subo las escaleras que encuentro a mi derecha, las llamas devorando todo a su paso. Mi respiración comienza a flaquear con el humo que amenaza a mis pulmones, y mis ojos lloran sin permiso.

 Mi vestido blanco se engancha en una de los escalones astillosos, sin dejarme avanzar.

 Arranco la tela, sin detenerme a ver los daños.

 El bebé llora con más fuerza, y me horrorizo al ver las llamas invadiendo un cuarto.

 Avanzo hacia allí con el corazón en la boca, pero suspiro al ver la habitación desierta siendo consumida por el fuego. 

 Corro hasta el cuarto siguiente, procurando esquivar las chispas que saltan en todas direcciones, pero en la habitación no hay más que muebles chamuscados.

 Mi carrera continúa hacia el último cuarto, desde donde un bebé llora con temor, observando las llamas llegar hasta la puerta.

 El llanto del bebé invade mis oidos, en forma de una sonora exclamación de desesperación.

 Resiste.

 Mi vestido se enrieda entre las tablas astilladas del suelo, y el fuego sube hasta mí.

 El calor desarma la tela blanca e invade mi cuerpo, logrando que mi piel se irrite y mis pestañas se quemen.

 Mis gritos se suman a los del bebé, y no me equivoco al escuchar que se funden en un mismo chillido.

 La conciencia comienza a escaparse de mi voluntad, como el agua entre los dedos.

 El llanto del bebé se ve sofocado por el sonido del fuego crepitante que avanza por sobre mi y ahora intenta llegar a la habitación del niño.

Tercera Generación "La Batalla de las Cenizas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora