-¿Cuándo llegaste? - pregunto, abalanzándome sobre la rubia y envolviéndola en un fuerte abrazo que hace que estalle de felicidad.-Hace unos segundos. - responde, devolviéndome el abrazo al punto que creo que mis costillas pueden quebrarse. - Ahora, creo que me debes un par de explicaciones...
-¡Estoy tan feliz de que estés de vuelta! - chillo, apartándome para observarla de arriba abajo.
Los círculos oscuros alrededor de sus ojos han desaparecido, y su piel luce brillante y rosada a la altura de las mejillas. Ha perdido algunos centímetros en sus pómulos, y su cuello luce delgado y alto por el cuello de su vestido. Luce saludable, aunque más delgada que de costumbre.
-Luces genial. - sonrío, obligándola a dar una vuelta sobre sí misma. No puedo evitar volver a abrazarla.
-Ya, ya... - se queja, apartándome con aparente molestia. - Desaparezco por unos días y parece el fin del mundo... cómo se nota que sin mí eres nada...
-Si, si, si... - asiento, abrazándola por el cuello, y dándole la razón con tal de que me permita estrujarla como papel de diario.
-Bien, ahora, déjame decirte que estoy en shock... quiero decir, ¿tú y Potter? ¿James Sirius Potter? - pregunta, sus ojos abiertos de par en par. Asiento, mordiendo mis labios. - Bien, no es gracioso. Dime dónde está la cámara oculta.
Rio.
-Sucedió ayer por la noche. - explico, al tiempo que Gus me anima a que camine a su lado por el corredor. - ¿Qué piensas?
-¿Que qué pienso? - pregunta, incrédula, y yo me encojo de hombros, insegura. - ¿Lo quieres? - asiento, las mariposas revoloteando en mi estómago. - ¿Y él a ti?
Asiento nuevamente.
-¡Pues que vivan los novios! - grita, pero su voz se corta al final de la oración con un gemido aparatoso. - ¡Rayos! El doctor me dijo que no gritara...
-Pues hazle caso, tonta. - sonrío. - ¿Cómo te sientes?
-Perfectamente. - responde, resuelta, pero noto una pizca de amargura en su voz. - Me ha servido este tiempo en el hospital, ¿sabes? He pensado mucho las cosas y he llegado a una conclusión.
-¿Cuál? - pregunto.
-¡Que se pudran los políticos y los estúpidos revolucionarios oscuros! - chilla, y me esfuerzo por ignorar el desliz en su tono de voz. - ¡No van a evitar que esta chica tenga los mejores años de su vida! ¡Y si pretenden acabarme de una vez con un rayo divino, sabrán que perseguiré a sus descendientes en mi forma fantasmagórica solo para recordarles que no son más que excrementos de lechuza!
Permanezco de pie frente a ella, helada ante sus palabras y el eco de su voz se extiende por las paredes. No puedo evitar aplaudir con fervor ante su discurso.-¡Que se pudran todos ellos! - grito.
-¡Exacto! - corea Gus, elevando sus manos a sus costados para darle énfasis a sus palabras. - ¡Y que se pudra también el creador de las grageas con sabor a vómito! - chilla mi amiga, agitando un puño en el aire.
Ambas rompemos a reír, sintiendo como si las semanas distanciadas nunca hubieran existido, como si nada hubiera ocurrido.
Gus es la primera en detener su estridente risa, a lo que la observo extrañada, sus ojos están muy abiertos, observando un punto detrás de mí.
-Es una pena interrumpir tan grato encuentro, pero me temo que importunan mis horas de clase.
Volteo al reconocer aquella voz y fría y desagradable, para encontrarme frente a la nariz puntiaguda del profesor Daweings, cuya sonrisa amarilla es tan amplia que parece a punto de salir de su rostro.
ESTÁS LEYENDO
Tercera Generación "La Batalla de las Cenizas"
Fanfiction¿Y si en realidad no todo ha terminado? ¿Y si la generación de los Potter está destinada a algo más? ¿Y si en las cenizas todavía hay brazas crepitando, escondidas en el polvo del olvido y el anhelo de la paz? Las desapariciones comienzan c...