Capítulo 33 "El Mercader de Venecia"

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-¿Te sientes mejor? - pregunto, cuando el pelirrojo se aparta, más permanece a mi lado.

-¡Itzel!

Volteo para encontrarme con una morena que se acerca a paso rápido. Su cabello luce despeinado, y sus labios, usualmente pintados de un vibrante tono rojo, lucen aburridos ante la ausencia de maquillaje. Su bata verde musgo se arrastra por el suelo, y lleva puestas unas ruidosas chinelas blancas.

-¡Lou! - la abrazo, reconfortándome ante su presencia.

- ¿Estás bien? - pregunta, apartándose y mirándome con atención.

- Bien, sí. Estaba haciendo mis rondas cuando ocurrió...

- ¿Todo en orden? - pregunta mi hermana, mirando con interés al pelirrojo a mi lado.

Potter parpadea, como si recién notara que Lou se dirige a él.

- Sí. - respondo, negando ligeramente con la cabeza.

Lou sonríe con amabilidad, para luego aclararse la garganta en búsqueda de explicaciones.

- ¿Ya los tienes? - pregunta, y noto que el pelirrojo frunce el ceño a mi lado. - Los estudios.

Nerviosa, miro de reojo a Potter y luego vuelvo a mi hermana.

-Sí, los tengo. - respondo, intentando revelar la menor cantidad de detalles posible. - No fue nada. Luego te los dejaré.

- ¡Qué alivio! - suspira, para luego besar mi mejilla y pellizcarla con sus dedos. - Te veo luego, Tomy y Nancy están esperándome.

-Salúdalos de mi parte. - digo, viéndola alejarse.

Lou corre escaleras arriba, su melena oscilando hacia los lados, hasta perderse en uno de los corredores.

Suspiro, relajada, pero mi estado nervioso regresa cuando me percato de una mirada almendra puesta sobre mí. Le devuelvo la mirada con las cejas alzadas, a lo que él se aparta.

-¿Qué mirabas?

-Nada. - simplifica, su voz ronca.

Me encojo de hombros, para luego mirarlo con los ojos entrecerrados.

- Sera mejor que suba a dormir. - informa, su voz rota y desganada.

- Alto ahí, soldado. - lo detengo, estirando mis palmas abiertas frente a su rostro. - No creerás que te dejaré desaparecer de mi vista en este estado, ¿no? - él se encoge de hombros, y yo tomo su muñeca para guiarlo hacia el cuadro del frutero. - Tengo la solución perfecta para calmar tus nervios.

- ¿Una pastilla para dormir?

- Mejor. - sonrío. - Chocolate caliente.

-No hay elfos... - resoplo, rascando mi nuca. - Hoy no hay elfos... Justo hoy...

Nos encontramos en las cocinas, y no hay rastros de los cocineros oficiales de Hogwarts por ninguna parte, sin mencionar que no hay sartenes ni bocadillos a la vista, y las cuatro enormes mesas de madera han desaparecido, siendo suplantadas por una variada cantidad de sillones de colores y almohadones en el suelo. El fuego de la chimenea está encendido, a mi parecer en una época un tanto temprana, pero el calor de las llamas logra hacer más agradable el lugar.

-Esto es ridículo. - masculla el pelirrojo de pijama colorido. - Estoy perfecto.

-Pues avísale a tu rostro.

Tercera Generación "La Batalla de las Cenizas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora