Protección

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Allí en esa pequeña elevación, que podría ser catalogado como un acantilado por alguien tan inexperto como él, en los aspectos de formaciones montañosas, o un risco pensándolo mejor, tal vez era mejor esa descripción. Jungkook se golpeó mentalmente, estaba divagando, pero tenía que estar pendiente de todos los detalles en su entorno, ya llevaba caminando sin rumbo por horas.


Suspiro frustrado, asomándose al risco- peñasco-acantilado, tal vez la alta vista le daría información, de igual manera los felinos tampoco tenían la mejor visión, ninguna de sus facultades de león lo estaban ayudando en la búsqueda del omega, bueno no podía ser tan cruel consigo mismo, al menos su sentido de la orientación no le había fallado.


Puso sus manos sobre su frente, como una especie de protección, para mirar mejor la larga extensión de hierba alta que cubría esa parte de la sabana, era un lindo panorama pero no sacaba nada de utilidad. De pronto capto movimientos, pero lo que salió no eran frondosas melenas, eran pelajes rayados, naranja, negro y blanco. Su melena se crispo, poniéndose en punta, nunca se había llevado bien con los tigres y suponía que por alguna razón, el grupo de leones compartían ese mismo desagrado.


-Jungkook- El León, alfa y orgulloso pareció un pequeño cachorrito que acaba de oír que sus padres volvían, parando las orejas alerta, meneando la cola mimoso. Se volteó en dirección a la voz que ahora parecía tan hermosa y melodiosa, encontrándose con la hermosa figura del salvaje, sonriéndole, sin ocultar su satisfacción al verlo de nuevo, sano y salvo. No a él no, al cachorro, le recordó a su León que tenía la loca idea de ir al lado del omega, desde lejos podían vigilarlo perfectamente, lo más lejos posible de ese aroma a embarazado que lo volvía loco.


-Yo...estaba paseando- El salvaje solo asintió, lo cual era extraño, tal vez era el embarazo pero la ira con la que lo había conocido, parecía haber disminuido unos niveles en los últimos días, aunque seguía teniendo una lengua y mirada amenazante -Es normal que hayan tigres por el territorio del grupo.


-Para nosotros están en la misma categoría que una hiena, ¿acaso viste alguno?- La expresión enfurecida que adoptaron ambos omegas era mucho mayor de la que le habían dirigido alguna vez, existían más criaturas que el salvaje odiaba más que su domesticado trasero, eso era...bueno.


-Se movían en un pequeño grupo de cinco, entre la hierba alta- Dijo a la par que señalaba la vista del mirador natural, se había rendido en decir algo más en voz alta, pasar como un tonto que no conocía ni el terreno por donde caminaba, no estaba en sus planes.


-Vaya ¿Una emboscada sorpresa?- Silbó la hembra salvaje, parecía ya algo más indiferente, después de todo no era su deber pelear.


-Lo dudo, siguen siendo felinos grandes y orgullosos, no serían tan rastreros, están buscando algo más y no es atacar- El salvaje parecía alguien bastante centrado cuando se trataba de la seguridad, por lo que podía observar, no desestimaba a su adversario ni hacia conjeturas en sus propios prejuicios.


-¿Qué sugieres entonces? ¿Aviso a los demás?- Los dos salvajes intercambiaron miradas, observando que efectivamente, los bultos rayados se estaban movilizando con toda la intención de pasar desapercibidos.


-Sí, hazlo, pero que no ataquen, tenemos que averiguar que están buscando, yo los flaqueare por la parte trasera, que los demás se encarguen de los costados- A Jimin le gusta pensar que era buen estratega, no como sus hermanos mayores, pero siempre que estaba seguro de algo, la batalla salía bien, más si era de arrinconar y no la lucha directa, pues su especialidad era la caza.

El Rugido Salvaje[1] /Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora