Cuando Chanmi llego a la dirección que su tío Tae tenía guardada, una residente omega de cebra le informo, temblando notablemente por su aroma salvaje a depredadora, que los dos tigres gemelos que habían vivido allí, se mudaron a otro país, lo vendieron todo y no pensaban volver. Justamente esa mañana habían salido para el aeropuerto, ella había perdido cualquier oportunidad de conocerlos.
Por un momento lo tomo como una señal, que era mejor que todo siguiera en las sombras, que aceptara que todo rastro de lo que pudo ser una familia propia, se desvaneció con el tiempo. Pero era una maldita felina, su mayor pecado es y sería siempre la curiosidad, odiando su naturaleza con todas sus fuerzas fue a la dirección que le dio la cebra, para buscar a esos tigres, deseando llegar a tiempo.
Los civilizados sí que tenían estructuras grandes, tantos cambia-forma, letreros, tiendas, simplemente era una tarea imposible encontrar a alguien si había tantos lugares en donde buscar. Se apoyó contra las grandes ventanas, que daban una excelente vista hacia la pista de aterrizaje en donde grandes maquinas se desplazaban. Era muy diferente verlos así que a cientos de kilómetros en el cielo.
Cerró sus ojos por unos momentos, concentrándose, sintiendo las auras a su alrededor, pequeñas presas que pasaban apuradas de un lado a otro, todos tranquilos y homogéneos hasta que el rugido de un tigre la alerto, causándole un exabrupto escalofrió que crispo todos sus pelos. Era increíble, estaba usando uno de los poderes asignados a un chamán, podía percibirlo bajo la piel, el poder mágico de los tigres, que la aceptaba e incitaba a buscar a sus hermanos, reconocer por fin sus raíces.
Sus pasos la guiaron seguros por todo el lugar, hasta llegar a lo que parecía una cafetería, donde en una mesa pequeña y metálica, merendaban dos apuestos machos tan idénticos pero a la vez diferentes, uno alto y de compleción robusta, con la piel morena y el cabello recortado, de un llamativo color anaranjado oscuro, con leves rayas totalmente negras, era el vivo retrato de Namjoon, quien llevaba en su piel el don de liderazgo, con la leve distinción de que tenía características compartidas tanto de león como de tigre.
El que parecía más joven tenía todas las características de un omega, además de la semejanza a ciertas facciones de SeokJin, con ese cabello de un naranja fogoso como el suyo propio, solo que él del macho lo adornaban remarcadas rayas negras. Aquellos tigres sonrieron mostrando sus hoyuelos, a la par que el omega reía escandalosamente, llamando la atención de todos a su alrededor; Chanmi sonrió enternecida, ella se reía igual.
-Hey Kai- Detuvo el intento de risa de su hermano menor -Esa leona nos está mirando fijamente, desde hace ya un buen rato.
-Oh buenooo...Tal vez le gustas y no sabe cómo acercarse, haz tu el primer movimiento, Darren- El Alfa lo miro escéptico, como si tuviera el tiempo para coquetear con alguien, su vuelo era en media hora -Al menos podrías conseguir su número- Alzo los hombros para restarle importancia, volviendo de inmediato su atención al sándwich a medio terminar de su plato.
-Tenemos cosas más importantes que atender- El omega rodo los ojos cansado, su hermano era demasiado recto.
-¿Disculpen?- Ambos Tigres se sorprendieron de ver a la Leona a su lado. Kai pensó que era una excelente oportunidad, era una omega muy linda y por su mirada se notaba que no era una tonta o un acercamiento cualquiera.
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El Rugido Salvaje[1] /Kookmin (Omegaverse)
FanfictionLa ilusión de una vida perfecta, la añoranza de compartirla con tu alma gemela; el abrupto rugido que te lo arrebata todo. Jungkook solo queria sentirse salvaje y vivo esa noche. Pareja principal: Kookmin Pareja Secundaria: TaeGi - NamJin - 2Seok