Frustración

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Un piso más arriba, se encontraba el piso de Yoongi y su prisionero Taehyung, ambos demasiados metidos en un juego de ajedrez, porque cuando el omega pregunto qué quería saber de la vida civilizada, el Alfa menciono que le parecía divertido ese juego de mesa, aunque ahora que lo ponían en práctica, no era como se lo esperaba.


-Sí, al parecer volví a ganar- Sonrió en grande el salvaje, a la par que llevaba a su reina a eliminar al rey contrario.


-Esto no puede estar pasando, ¿es alguno de tus poderes? Hacer trampa, mueves tus manos mientras me distraes con esa estúpida sonrisa- Yoongi no encontraba otra explicación para estar perdiendo de esa forma.


-¿Te distrae mi sonrisa?- Pregunto divertido, sumándole sus blancos diente al cuadro, sin poder evitar sentir cierta calidez en la boca del estómago, el omega era bastante lindo cuando se molestaba.


-No te hagas el inocente, lo haces a propósito- Lo acusó avergonzado, evitando esa mirada de autosuficiencia.


-¿Seguro solo eso te pone nervioso?- Los dedos del Alfa se deslizaron sobre la pálida palma del León gruñón, como si estuviera seduciéndolo.


-No trates de jugar conmigo mocoso, se lo que tratas de hacer- La mirada del mayor era peligrosa, mientras limitaba cualquier movimiento travieso por parte de la mano del Alfa, atrapándolo en un agarre apretado.


-¿Qué estoy tratando de hacer?- Trato de sonar sorprendido, como si lo estuvieran acusando injustamente. El León albino solo rio, mostrando sus rosadas encías al sonreírle, le parecía ridícula esa presunción de inocencia.


-Y todas esas preguntas, ¿ahora eres un cachorro?- La lengua de Tae se paseó lento sobre sus labios, tratando de frenar las ganas de efectuar la acción en los belfos ajenos.


-El juego que propongo no es para cachorros- Las dobles intenciones eran tan claras, con las feromonas bailando entre ellos, incitándolos. Yoongi podría ceder, disfrutar de otro arrebato con el Alfa, lo hacía sentir bien, no tenía quejas y después de todo, de eso se trataba ser adultos ¿no? Así eran los negocios, estar con una persona por el tiempo que fuera necesario, solo conseguir placer e irte al acabar.


-No me divierten los juegos adultos tampoco- Comento aquello con una pequeña muestra de tristeza, con la sombra de la soledad oscureciendo su semblante.


-¿Hay alguna razón?- El omega bufo con media sonrisa, ese estúpido salvaje nunca sabía nada, para ser todo un chamán era pésimo siendo místico o leyendo emociones -No puedo leer tu mente o asumirlo todo, si hago todas estas preguntas es porque me interesa comprenderte, de saber qué esperas de mí.


Yoongi frunció el ceño, no esperaba nada, solo...era una estupidez, si, era perfectamente consciente de las cursilerías que estaba pensando, pero eso no evitaba que lo deseara. Ojala su lógica pudiera entorpecer la imaginación que tenían sus sentimientos, ahora entendía que pedía mucho, nada detenía al corazón, aquel verso que recitaba en miles de canciones y escrito, que en su momento parecieron tan lejos a su situación, porque se suponía que nunca iba a sufrir por amor, él era demasiado frío y con estilo para que algo tan estúpido lo atormentara.

El Rugido Salvaje[1] /Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora